Qué sueño tan extraño, sobretodo tan real. Ha sido como sentir el asfalto bajo los pies, el crujir de las cervicales que no alcanzan a terminar los edificios, notar el viento gélido del Golfo golpeándote frontalmente y desplazándote un poco hacia atrás, o deteniéndote en tu rápido caminar. He podido sentir las yemas de los dedos de la mano derecha quemándose con el típico vaso de café y tapa de plástico mientras caminaba por una calle cualquiera y el paladar sufriendo por un chili que se me llevaba de pronto al norte de la India; los aromas. He tenido la intensa sensación de recorrer lugares por primera vez, yo que creía que apenas quedaba nada. He recibido la calidez de l#s lugareñ#s pero me tuve que entretener recordando que tal vez dormía y que eso era solo un sueño. He estado, he debido estar y he presentido que me sentiría encerrada, al regreso de lo que nunca sucedió. Han llegado voces, letras, cuentos e historias, vidas y me he preocupado, pero debía estar durmiendo. Quizá por eso el escozor de los ojos, el humor difícil, el apetito cambiado y el semblante serio. Es lo que sucede cuando se duerme poco y se sueña tanto...
Texto lleno de cinestesia. De cenestesia. De sinestesia. De sueños...
ResponderEliminarBienvenida :)
Un beso, sparkling
Victoria: gracias, guapa. Retomo los sueños y me acuesto ya... Burbujas...
EliminarUau, quina evocació, els dits cremant amb el got de cafè i les aromes que t'assalten de cop i volta i te'n vas lluny de cop i volta, i somies, i...
ResponderEliminarTot tan real, a vegades, que sembla que ho has visvut enlloc d'haver-ho somniat... :) Gracies!
EliminarSueños con tacto
ResponderEliminarSueños con sabor
Sueños con olor
Tres sentidos reales
y uno irreal
que se apoya sobre ellos
Así son nuestros sueños
que ponen palabras
a nuestros deseos
y engaños a nuestros
sentimientos.