sábado, 6 de febrero de 2016

Un sábado en la playa...

Nueve kilometros y doce mil pasos. No son firmes, todavía. Cientos de miles de palabras que fluyen cuando hay tanto que decir y preguntas que responder. El viento en la cara y el pelo revuelto. Palas y añorar el verano, correr desnuda en el sur o el no tener frío. Reir por proezas que no lo son tanto pero que nos sorprenden, sentarnos sobre cualquier cosa y admirar el ocaso naranja sobre este Mediterráneo tan lleno de metales pesados, como el aire que respiramos.

Una piensa en alejarse de aquí en cuanto sea posible, si se puede. Y luego se da cuenta de que a veces puede ser imposible...

2 comentarios:

  1. Alejarse de los sitios es a veces tan necesario como respirar el aire fresco del amanecer..y siii..a veces es imposible..al menos tu puedes sentir la brisa del mar en tu piel ...notar alborotado tu pelo y caminar con los pies desnudos sobre una arena mojada
    Besos

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  2. Es la suerte infinita de vivir en esta ciudad, noor... Cierto!
    Besos y burbujas.

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No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!