lunes, 2 de mayo de 2016

Risas, humus y gas a fondo...

Parece que se acerca el verano, unos días, junto con accesos de risa de los que irritan la garganta y te obligan a carraspear durante mucho tiempo. Aires nuevos. Actividades distintas. Estableciendo rutinas, saludables. Tampoco a mi me apeteció el plato de verduras "de primavera" hervidas, un domingo de sol en la playa. Erré en la elección, como en el chiste del español en Francia, por ejemplo. Y lo reconozco. A veces hacemos cosas inesperadas. Otras veces nada sale como querríamos. Y sin embargo seguimos intentándolo.

Han sido unas vacaciones breves que me han depurado por dentro y por fuera... Tan cerca y sintiéndome tan lejos de todo...

Días de humus y gloria, que diría aquél. De pensar destinos y de tratar de adivinar el punto en el que voy a encontrarme en algunas semanas que, juntas, forman meses. Ha llegado un tiempo en el que me apetece mirar atrás y comprender tantas cosas. Miro sin lamentarme ni extrañar, solo para conocer más, para rectificar los trazos, fijar mejor los nuevos rumbos. También procuro escuchar los ruidos, cerrar los ojos, entender, ligera de casi todo, ahora. Han vuelto las ganas de mucho porque se fueron casi todos los miedos. Mentiría si quitara el casi pero me sienta bien verme hoy tratando de tutearme, de hacerme compañía, sin regañarme, sin esperar nada, sin contar con...

Busco paraísos sin saber apenas nada de mí misma. Pienso en todas las cosas que me quedan y me impaciento detrás de un teclado, conteniendo las ganas de salir corriendo, ir a buscar las llaves de La Bestia, llenar las alforjas con lo imprescindible y desaparecer, camino del sur, hasta que acabe la tierra firme...

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