domingo, 20 de noviembre de 2016

Frío de otoño, viento en el alma...

Centroeuropa. Breve. Largo paseo, sin prisa. Descubriendo plazas, mercados, gente, cosas. Sol a momentos, nubes preciosas, una cita a las 18:30. Nada más. Gracias a Dios. Elegir al azar un lugar en el que comer algo, mientras todo cierra. Hace horas que cayó la noche negra, que se fue la luz oblícua de este otoño al norte y llevamos las manos dentro de los bolsillos de los abrigos, entre bufandas. Acabamos de vivir algo wow. Por primera vez y quién sabe ya si la última. Decidimos. Nos desplomamos en la silla de un espacio encantador, hemos elegido bien; ordenamos algo, nos hablan de Atacama, de Santiago de Chile, del salar, como casual; bebemos sorbos cortos de un buen vino y la magia se ocupa del resto. Porque suena una versión nueva de una melodía familiar de las de siempre, cantada una y mil veces por tantos. Y por ella, también. Todo se resume: en esto...


3 comentarios:

  1. Usas la palabra como nadie para pintar los momentos que se viven... aquí y ahora, eso es lo importante. Bello lienzo el de hoy.

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    1. Gracias, Anónimo! Bonito símil, el tuyo: pintora de momentos... mmmm...

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  2. Quién hay detrás de tanta belleza??? Y quién eres???? Nadie sabe lo que daria por abrazarte inmediatamente!!!

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No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!