domingo, 30 de diciembre de 2018

Balance del 2018, en cuatro palabras...

Siempre fue uno de mis juegos favoritos, gracias a mi ascendiente femenina: poner boca abajo las fichas con dibujos y buscar la idéntica de entre todas.

Ahora sucede un poco lo mismo. 

Hay miles de piezas dispersas en un espacio nuevo, que van saliendo de las cajas y hay que agrupar, machear, ordenar. 

Es un gigantesco puzzle que cuesta de montar, de esos que puedes dejar suspendido por algun tiempo, consciente de que lo que no hagas ahora va a quedar pendiente. 

Es un proceso lento y largo que se enfrenta a mi renovada impaciencia. Todo ayuda a ser.

Estamos. Seguimos. Somos. Queremos.

Cuatro palabras que pueden servir como balance del año que acaba. Joder, qué año!! :)

domingo, 9 de diciembre de 2018

Recordando por qué huía de...

Quizá precisamente por eso nunca quise reincidir y buscaba todo lo contrario. La distancia, el no compromiso, la volatilidad, lo que sea que se llame la falta de seriedad. Pero lo opuesto. Era por esto por lo que salía paseando hacia el otro extremo, sin prisas, con muchas ganas. En cuanto olía la palabra compromiso. Y también convivencia.

Porque reconstruirme de cabeza a pies, de índice a índice, de pasado a presente, no es muy fácil pero hacerlo contigo lo convierte en algo divertido, por lo menos. Aunque discutamos por el color del sofá o las vistas desde la nueva galería, los ruidos que subirán desde la calle por la noche. Dónde van las plantas o el material de las alfombras.

Es interesante cuando me doy la vuelta sobre mi misma, despacio, observándome desde y hacia afuera, y noto que apenas quedan personas, espacios, rutinas comunes. Solo tú estás ahí, arraigada, instalada. Lo único sólido en un mundo líquido, parafraseándome. Todavía.

Huía de la convivencia precisamente por esto: para no echarte de menos con la inquietud de un animal privado de libertad.

Gracias por estar presente incluso en tus raras ausencias del cada día. Todavía...