Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...
miércoles, 29 de mayo de 2019
La pesadilla...
...de buscar una fotografía que necesitas y sabes en tu archivo del Google Fotos y que veas como se desliza ante tu cara media vida de los últimos años. Hace una gracia...!
Era un post recurrente...
Creo que cada año por estas fechas escribía un post sobre el regreso de las golondrinas. Como el poeta pero en prosa. Ensalzándolas, evocando las mañanas de hace cien décadas estudiando a contrarreloj abundantes folios manuscritos que hacían montones de muchos centímetros frente a mi. Costaba horrores dar la vuelta a una sola de las páginas y darla por aprendida... carrera de fondo...
Las golondrinas se instalan en lugares saludables, dicen. Anidan allí dónde las crías pueden prosperar. Escucharlas fuera, en el campo, es felicidad y gratitud. Han regresado. Han vuelto a decidir que somos espacio franco para el reposo
Desde hace poco, me crispa enormemente escucharlas en la ciudad. Así, sin explicación. Quizá porque las oigo desde otro lugar, tal vez porque son otras, distintas a las que siempre escuché y, como cuando catas un vino, sabes que hay diferencias. Con las personas sucede igual, verdad?
Las golondrinas se instalan en lugares saludables, dicen. Anidan allí dónde las crías pueden prosperar. Escucharlas fuera, en el campo, es felicidad y gratitud. Han regresado. Han vuelto a decidir que somos espacio franco para el reposo
Desde hace poco, me crispa enormemente escucharlas en la ciudad. Así, sin explicación. Quizá porque las oigo desde otro lugar, tal vez porque son otras, distintas a las que siempre escuché y, como cuando catas un vino, sabes que hay diferencias. Con las personas sucede igual, verdad?
domingo, 26 de mayo de 2019
Most creepy moments of loneliness...
Dar el pecho a media noche
Entrar en quirófano
Salir del cementerio
Cuando me abandonaste
El primer legrado
El día de la humillación pública
Saber que terminamos
La espera de resultados en un hospital
Hablar en público si alguien de la audiencia te intimida
Los segundos previos a la anestesia total, en cuenta atrás
Después de decidir que nunca podré volver contigo
Insomnio salvaje
Tras perder a la pareja, que era amiga, a quién amaste
Una cesárea de urgencia
La vista de una herida abierta por caída en medio de la nada
Una vez tomas consciencia de que nunca volverá
Es una lista enunciativa, no limitativa, que se puede engrosar libremente...
Entrar en quirófano
Salir del cementerio
Cuando me abandonaste
El primer legrado
El día de la humillación pública
Saber que terminamos
La espera de resultados en un hospital
Hablar en público si alguien de la audiencia te intimida
Los segundos previos a la anestesia total, en cuenta atrás
Después de decidir que nunca podré volver contigo
Insomnio salvaje
Tras perder a la pareja, que era amiga, a quién amaste
Una cesárea de urgencia
La vista de una herida abierta por caída en medio de la nada
Una vez tomas consciencia de que nunca volverá
Es una lista enunciativa, no limitativa, que se puede engrosar libremente...
jueves, 16 de mayo de 2019
Cada vez que la leo. Cada vez...
Salió por sorpresa, a traición y sin ser esperada. Apareció sin avisar en algún rincón de una casa revuelta y removida, a medio trasladar, en plena deconstrucción. Entonces ya no dudaba acerca del destino de algunas cosas, como los primeros días. Entonces, al primer vistazo ya tenía la decisión tomada y casi siempre era dejar salir para que entre lo nuevo.
La ví. La tomé entre las dos manos. La leí con cuidado, lamiendo cada letra como sucede con las cartas de amor nuevo, recién estrenado, impaciente. Su particular y elegante escritura, ligada e inclinada hacia el lado derecho. Se olvidó de poner la fecha, el año, el momento. Tampoco firmó de ningún mido su manuscrito. Menudo error, pensé. Pero no era necesario. En absoluto...
No la tiré y se archivó en un rincón de alguna caja con libros, libretas, correspondencias inolvidables y otras tonterías. He aprendido que puedes vivir sin nada. De nada. Así que a estas alturas no hace falta amontonar, coleccionar ni vivir sometida a ningún otro síndrome.
Apareció de nuevo y sin ser esperada en el nuevo espacio que a veces resulta frío y demasiado grande. Volví a sonreír al releerla pero confieso que entre tanta soledad se me escaparon unas lágrimas. Recordé que acompañaba uno de sus regalos de cumpleaños y decidí que quería verla a diario, que igual eso mitiga dolores. Y su lugar perfecto es una esquina, la inferior izquierda, del marco de un cuadro precioso de un rincón del sur que reposa sobre un mueble a los pies de mi cama.
Es una nota en una tarjeta de visita anónima, una cartulina pequeña, de color blanco. Con tinta azul y letra decimonónica mi ascendente materna escribió en algún momento: “T’estimo molt!!”. La veo, la leo y la observo cada día...
lunes, 13 de mayo de 2019
Mi santo preferido...
No es un nombre muy frecuente. Y sin embargo conozco a uno, de rancio abolengo...
Lo celebro casi a diario, en estos últimos tiempos. En silencio, secreto, voz baja. Con sonrisa y satisfacción, a veces. Porque una sabe cuándo ha de llegarle ese santo a quienes escupen bilis, veneno, destruyen, queman, desbrozan, anulan, empequeñecen. Más que cuándo, una comprende que llegará, que solo hay que tener la paciencia justa para esperar (como antaño en la Piazza de San Marco) a ver pasar el cadáver de tu enemigo. Desde la comodidad de una silla.
La vida nos recoloca, enseña, ubica, desfía, emplaza, invita, desespera. Entre tantas cosas. A todos y sin excepción. Siembra, siembra. Y espera la llegada de la cosecha. Abundante o perdida. Tú sabrás. Puedes elegir.
Hace mucho que maduré y aprendí esa lección, que celebro profusamente en éstos últimos tiempos. Lo que sí reconozco es que el día que repartieron la intuición para distinguir a la buena gente (buenos amantes, sobretodo) de la mala (los torpes con pies en las manos y sin swing cuando pierden la verticalidad, por ejemplo) debía estar distraída y no hice la vez...
Lo celebro casi a diario, en estos últimos tiempos. En silencio, secreto, voz baja. Con sonrisa y satisfacción, a veces. Porque una sabe cuándo ha de llegarle ese santo a quienes escupen bilis, veneno, destruyen, queman, desbrozan, anulan, empequeñecen. Más que cuándo, una comprende que llegará, que solo hay que tener la paciencia justa para esperar (como antaño en la Piazza de San Marco) a ver pasar el cadáver de tu enemigo. Desde la comodidad de una silla.
La vida nos recoloca, enseña, ubica, desfía, emplaza, invita, desespera. Entre tantas cosas. A todos y sin excepción. Siembra, siembra. Y espera la llegada de la cosecha. Abundante o perdida. Tú sabrás. Puedes elegir.
Hace mucho que maduré y aprendí esa lección, que celebro profusamente en éstos últimos tiempos. Lo que sí reconozco es que el día que repartieron la intuición para distinguir a la buena gente (buenos amantes, sobretodo) de la mala (los torpes con pies en las manos y sin swing cuando pierden la verticalidad, por ejemplo) debía estar distraída y no hice la vez...
martes, 7 de mayo de 2019
El número de tontas...
Alguien a quién una vez, hace mucho, quise, solía repetir una frase. Si era una cita de un tercero no tengo idea ni quiero buscarlo. Pero en momentos adecuados siempre la decía como si fuera muy mayor y en voz alta: “el número de tontos es infinito”.
La vida va sucediendo y pasan cosas a diario. Todo recomienza y tengo la oportunidad de hacer restylings a medida de los errores cometidos, que son tantos. En todos los campos, porque no se salva uno. He aprendido de la travesía en desiertos con fin, agua, gente. Sé quién no soy.
Y cada mañana pongo los pies en el suelo recordando que la elegancia, la educación y el saber estar es algo a lo que nunca renunciaré. Y a la bondad de las personas que nos rodean. A la empatía, también, que puede explicar hasta la más horrible de las cosas...
domingo, 5 de mayo de 2019
Ojos color cosmos...
El color cosmos es una bonita manera de definir unos ojos que nunca había oído hasta ayer. Me parece acertada, descriptiva, amplia, inconcreta y completa. Me lo dijo mientras disparaba una fotografía a un par de centímetros de mi iris, que “tengo tan pequeño”.
Podría ser un color de coche: cosmos brillante metalizado. Para un wagon, por ejemplo. O de una pintura de pared: cosmos acrílica, plástica, lavable.
Hoy sería un buen día para volver a fumar o al gimnasio, para hablar con alguien imposible o comprar un billete de avión a un destino nuevo, tomarte de la mano y huir con lo puesto, sin mirar atrás y para siempre...
Todo va bien...
Podría ser un color de coche: cosmos brillante metalizado. Para un wagon, por ejemplo. O de una pintura de pared: cosmos acrílica, plástica, lavable.
Hoy sería un buen día para volver a fumar o al gimnasio, para hablar con alguien imposible o comprar un billete de avión a un destino nuevo, tomarte de la mano y huir con lo puesto, sin mirar atrás y para siempre...
Todo va bien...
miércoles, 1 de mayo de 2019
Demi-pansexualidad...
Antes de irme a la cama, voy a contaros lo que acabo de aprender solita y saltando de lugar en lugar:
Y aquí lo dejo... Bona nit!!
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Demisexualidad
La demi-pansexualidad es una opción sexual de entre muchas y poco conocidas o infrecuentes o no mayoritarias. Y se refiere “a la atracción sexual que se manifiesta exclusivamente hacia personas con las que previamente se han desarrollado lazos emocionales fuertes, estables o de cierta duración.”
Y un demi-pansexual es una: “Persona demisexual que se siente atraída hacia individuos independientemente de su género.”
Y aquí lo dejo... Bona nit!!
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Demisexualidad