Hace siglos que uso el aparato de televisión como radio. Como si no tuviera altavoces para el espotifai o aparato de música. Hay días que empiezo cinco películas de plataformas a la carta y es imposible pasar del minuto diez. O gritan y se matan o susurran durante hora y media porque se esconden de los vecinos que quieren delatarles en pleno 1936. Empiezo en V.O. pero el inglés es como galés o australiano o van muy deprisa. Paso al castellano y el doblaje es tremendo y en ese punto ya me desconecto y comienzo a buscar la siguiente peli.
Me interesan temáticas de manera excepcional y no en genérico. A veces ni eso y por eso voy de peli en peli (para tirar cuando me toca) y rápidamente apago decepcionada (sentimiento recurrente en el último año de mi vida) por no haber sido capaz de encontrar algo mínimamente interesante a lo que asirme y desconectar de este silencio entrecortado solo por mis acúfenos...
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