Las rutinas son balsámicas, como la repetición de movimientos. Los hábitos se adquieren repitiéndolos por más de 21 días. O eso dicen. Los apegos y el cariño [también, o quizá sobre todo, a las personas] quedan incluídos en esa categoría.
Trato de incorporar a mi vida de cierre y deconstrucción nuevos hábitos y rutinas, sigo mis propósitos despacio y con cuidado, intento comprender lo que me conviene y lo que no, sé que no debo precipitarme aunque la naturaleza me contradiga y me empuje.
Me aparto cuanto puedo de los ruidos, el caos, los desórdenes. También de las personas ruidosas, caóticas, desordenadas. Necesito calma, aburrimiento, paz. Solidez, probablemente. Y consistencia.
He incorporado un descarte, por ejemplo. No a las mentiras. Nunca mais. Ni las piadosas, ni los olvidos, ni las omisiones, ni el "es que yo no quería que...". Y comienzo por mi. No es negociable.
Quizá lo más bonito de este proceso complejo es precisamente eso: saber que no estoy lista para miles de cosas [y ni pensar en precipitarme al error como alguna vez antes] y, sin embargo, sé que apuesto por la honestidad y la autenticidad, por lo que considero el micro compromiso de no salir huyendo al primer desencuentro, por prohibirme alejarme de toda la verdad. Y nada más que la verdad.
Solo quiero en mi vida personas así...
Sé que cuesta hablar mirando a los ojos. No sé si es mi timidez o mi inseguridad o mi estado actual, pero Titán y sus esfuerzos a mi lado sería un aficionado. De frente, eligiendo las palabras, gestionando verdades que duelen, buscando respuestas, soluciones, herramientas.
Y así, despacio, un día tras otro, acostumbrándome a lo que soy, haciéndome a la idea de lo que tengo, proyectando el sendero que después seguiré como si fuera a llevarme al fin del mundo. De hecho, si sale bien, es el tramo final de la ruta, verdad...?
Yo creo, S, que, si sale bien, no hay final de la ruta. Y puede parecer que el camino es como el suplicio de Sísifo, puede... Pero no. Cuanto más avanzas, más leve es la roca. Al final es arenisca en el bolsillo: ya nada pesa. Y la ruta sigue. Y sigue... Aprendamos en el viaje lo que hay que aprender: libres de equipaje como los hijos de la mar. Lo escribió Machado.
ResponderEliminarInercia, Vic. A eso se le puede llamar vivir por inercia. Y no. Verdad?
ResponderEliminarEl conductismo, lo establecido... Y no. Qué es el final ruta? Estamos añ principio de todo. Y en el principio seguiremos porque la vida solo es principio. Cada segundo, cada paso... Estoy así, S.
ResponderEliminarUn beso