Este es tiempo de paz, de sentarse en la arena abrazando las piernas flexionadas y respirar, época de silencios y ausencia de ruido, de cosas simples, básicas, originales y primigenias.
Tiempo de instintos y de emociones sobre la piel, de ilusión e incertidumbre, de no ser nada, de no ocupar, de pasar de puntillas, y de sentir y padecer.
Es momento de saber callar y cargar paciencia, de escuchar y oir y comprender. Empatizar sabiendo que la travesía puede no ser fácil también para los demás.
Etapa extraña de tomar medidas, dejar pasar, esperar y no trazar planes más que a extracorto. De no impacientarse ni desesperarse, de dejarse llevar, deslizarse y fluir.
Ahora toca no pedir, no exigir, no apelar, no alzar la voz, no protestar ni discutir, no polemizar ni banalizar. No arriesgar ni ponerse en juego. Perfil bajo. Pasar desapercibido, discreción y no moverse del lugar natural.
Todo lo demás es un error. Fatal. 404.
Quedan algunos meses de aguantar la respiración. Bajo el agua. Sobre todo, bajo el aire...
Bhagavad gita: la revolución de las galaxias y del universo íntimo.
ResponderEliminar:)
Un beso.
Revolucionemos todos los universos, Vic. Si no lo hacemos nosotras, ¿quién?
EliminarBesos y burbujas. :)