lunes, 24 de agosto de 2020

Mucho de lo que soy...

Es cierto que convivo con la nostalgia, aunque trabajo duro para cerrar puertas tras de mi y dejar orden en lo vivido. También lo es que soy melancólica y algunas veces me entretengo más de lo debido en episodios irreversibles.

Reconozco ser un personaje romántico, que potencia en ocasiones detalles ínfimos y los magnifico. Creo firmemente que pasar realidades por el tamiz rosa no es mal asunto si no todo lo contrario. Es poner la mirada en lo bello, en el detalle, en lo fuera de serie. Es potenciar el “te echo de menos” que ya no es posible susurrar al oido, remarcar el “adoro tus piernas sin querer evitarlo” o dotar de importancia a la caricia del dedo meñique sobre un nudillo cualquiera, sobre la toalla. Es dar reconocimiento a que alguien enlace suavemente un par de dedos de tu mano derecha [los otros sueltos] caminando por la calle.

Prefiero vivir todo eso. Y sentirlo. Reconocerlo y escribirlo aqui, volcado sin premeditación ni alevosía. Aún a riesgo de que me llamen romántica. Por supuesto...

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