domingo, 25 de abril de 2021

Desabrazada...

Despierto. Abro los ojos y negro. Una rendija. No hará sol, no entra apenas luz. Me estiro interna y profundamente. Alargo el brazo. En esta inmensidad, recuerdo que estoy sola. 

Y en esta soledad, sé que necesito un abrazo. Urgentemente. De esos que envuelven como el celofán a un libro, como los papeles de colores a un regalo, como el sleever a una botella de cristal.

Un abrazo estrecho, incrustado, fuerte y reconfortante. El típico de todo irá bien pero más. El de sentir que entras en casa y alguien vigila y se hace cargo y te cuida y ya no hay de qué preocuparse. El abrazo del amante en el que confías por su incapacidad de traición, el del irrepetible e inolvidable primer amor, el de la madre que te ama para proteger la especie, el del hombre que quiere perpetuarla contigo, abrazándote.

Sí. Necesito un abrazo. Justo ahora. Justo hoy. Porque he despertado desabrazada. Desabrigada y helada...

1 comentario:

No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!