Recupero una y otra vez la misma sensación, quiero anotarla aquí y se me olvida el mismo número de veces.
Me refiero a la de sentirse fuerte, invencible y eterna. Poder con todo, querer más, ir a buscarlo. No acabarlo.
La sensación es igual de profunda e intensa, a la inversa.
Qué minúscula me siento cuando me encuentro mal y enfermo. Y dependo y necesito.
Y me siento pequeña en todos los sentidos…
P.S.: un post muy flojo. Lo sé. Pero, mira, tenía que venir a dejar constancia de los miedos, también.
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