miércoles, 2 de septiembre de 2009

Este invierno que ha de venir...

No se me está haciendo tan difícil.

Me lo repito como si fuera un mantra.

A ver.

Es que sino...

La organización de nuestros regresos está a la espera de que llegue la fecha. Habrá que encajar horarios, actividades, personas. Y gestionar. Y llegarán las prisas y desaparecerá esta actitud calmada con la que he vuelto.

Prepararnos para la rutina de los días cortos, los amaneceres tempranos y las tardes negras. Odio que a las cinco el cielo esté oscuro. Es una invitación muda a meterse en casa, a encerrarse y a acostarse temprano.

Sé que este invierno va a ser determinante de una nueva etapa a la que deberemos aprender a adaptarnos. Uno no crece impunemente, sin causar problemas. Esta parte ya me la sé. La que tendría que estudiar desde el principio es toda la otra parte que me asaltará por sorpresa, me desesperará y me hará reconocer que la soledad, a mi, me atropella...

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