miércoles, 7 de octubre de 2009

Distance is killing me...

Es lo que tiene el deporte. Que a mi me enseña la música que se baila en las discotecas. Pedaleaba y sudaba profusamente [la humedad en estas tierras éstos últimos días es indescriptible; vamos, que no quiero describirla] y me entretenía escuchando la letra de la canción cuyo ritmo seguía [como una campeona] sobre la bici. En una de las cuestas ha sonado esta canción y me he sonreido pensando en que a mi éste título de canción/post no me afecta tanto como imagino debiera. Estoy acomodada a ella, a esa distancia, y la sé provisional. Así que nada me preocupa. Quizá porque en esta ocasión no me veo dudando constantemente, ni sospechando, ni sintiéndome funámbula en la cuerda floja, frágil. Quizá todo tenga caducidades ocultas y desconocidas. Quizá. Pero tampoco me entretengo en pensarlo. Lo cierto es que mira que pienso y de repente se me olvidó sobre qué asuntos me recreo. Desde que no paso por aqui a dejar pensamientos en letras, me olvido a mi misma, casi. Sí, creo que sí. Parece tan fácil...

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