jueves, 15 de octubre de 2009

Impossible is nothing...

Yo soy historia, palabras y secretos. Y también silencios. Tan largos a veces que me gustaría imprimirlos en papel blanco para que el volumen fuera material y pudieras creerme cuando te cuento que son solo pensamientos en voz callada. Sé que no acabas de creer que todo ande bien cuando me callo. Se te nota que tiemblas por si dudo, me planteo o hago mis balances. Y sin embargo no sabría decirte cuán pacífica es ahora mi existencia, cuánta la tranquilidad, cómo de profundo el sentimiento. Ni siquiera yo, con mis palabras jugando en combinaciones imposibles, sería capaz de transmitir nada de eso. Y me sigues mirando, con incredulidad y el temor de siempre, porque sabemos que nada es convincente cuando ya conociste el engaño, que ninguna confianza es lo suficientemente sólida cuando sabes que podemos mentir con alegre impunidad y seguir caminando. Hoy hemos sido cadáveres en la cuneta y no lo somos más. Somos capaces de reconocer que hay pequeños gestos que llegan a constituir una razón para seguir, que nos hacen sonreír, que nos demuestran que hasta los sueños pueden producirse alguna vez, más allá de todos los escepticismos disfrazados de frialdad y desinterés. Todo es posible. Todo. Porque nada es imposible. Porque imposible es nada...

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