martes, 13 de octubre de 2009

Repetición...

Han sido tres días. Cierto. Sin embargo, ha parecido tan corto como siempre, como si hubieran sido solo dos. Y es que tampoco pudimos ser solo dos en muchas ocasiones en las que nos rodearon, nos ocuparon e incluso nos sitiaron. Se cambian planes y permanecen las sonrisas. Nada es lo suficientemente relevante para que se produzca el efecto contrario y se muten las expresiones. Hubo tiempo para todo mientras estrenábamos lugar, habitaciones, muebles y sábanas. Todo era nuevo y había que diseñar rutinas nuevas. Por eso he barrido estancias infinitas y he averiguado que a aquel tipo de madera no le sienta nada bien un producto específico; mejor el agua caliente y algo de jabón suave. Participé, como nunca antes había sido vista. Y sorprendí, que aqui no hay princesas, señoras y señores. Me tumbé al sol mucho menos de lo que hubiera querido y cerré los ojos. Hice algunos largos, a pesar de lo avanzado del otoño. Y el teléfono con noticias del norte sonó poco. No pido más. Nada más. Que se repita...

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