jueves, 12 de noviembre de 2009

La vuelta...

Del 4 al 12 de un mismo mes van varios días. Y todo es tan relativo que pueden parecer eternos o un breve paréntesis, dependiendo. En este caso son los de mi silencio en este lugar. Tengo grandes argumentos y algunas razones que alegar en defensa propia, pero no voy a hacerlo. No porque sepa que es inútil y nadie va a recibir el mensaje. No lo haré porque estoy triste. Triste de raiz, profundamente, tomada por sorpresa. Con una tristeza real, de las verdaderas, de las que nacen dentro y salen muy despacio hacia afuera, porque no hay ninguna necesidad de manifestarla. Una tristeza que refiere una pérdida tangible, material, definitiva.

No dejo de repetirme que tenía que haberme dedicado más y que los gestos fueron insignificantes cuando necesitó compañía.

Qué mal rollo el cambio de tono de este post. Por una vez que me pongo. He recibido una llamada durante el primer párrafo que se ha llevado la concentración. Y se nota. Mucho. Lo siento. A esto se le llama volver por la puerta grande...

Echo de menos esas lecturas breves que son los post de los blogs que leía habitualmente, eso cuando disponía de tiempo. Echo de menos sentarme ante esta pantalla y escribir al dictado de los sentimientos. Echo de menos el cuerpo a cuerpo, el contacto físico y los guiños. Me da miedo ver el reader y que me lance las infinitas negritas de todo lo que tengo por leer. Y esto va a ser largo porque me voy unos días y apenas tendré acceso a un ordenador. Y, de tenerlo, será por razones obviamente naturales y exigencias del guión. Una se va pero a contracorazón y con ganas de volver. Esa es una de las cosas que nunca cambia...

2 comentarios:

  1. Todos volvemos
    en recuerdos
    en gestos
    en cualquier momento.

    Escapamos del recuerdo
    sin saber que sin él
    somos olvidados
    y de verdad
    muertos.

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