Mil bocanadas de aire fresco a toda velocidad, con la boca medio cerrada porque las altas temperaturas y el sol han devuelto al ambiente millones de insectos y una cosa [bastante asquerosa] es sentirlos rebotar en la cara o introducirse en los ojos y sus comisuras y otra bien diferenciada es comérselos. La espalda cubierta y protegida por un cuerpo femenino que es casi tan grande como yo, para mis reiteradas sorpresas en cada ocasión [muy a menudo, por cierto] en la que me detengo a observarla. Tempus fugit. Y la tecnología trae palabras de lejos que mantienen mi mente despejada y mis reflejos en guardia. Sol y paseos. Ping pong y risas de sorpresa. Encuentros alrededor de una mesa y sobremesas de café, largas. Son esos encuentros a los que en el futuro recorreremos en caso de añoranza, seguro, con un ¿te acuerdas de cuándo...? Si, tempus fugit y la vida se va yendo. Como para no vivirla intensamente, como para no pensar que [siempre] lo mejor está por venir...
¿calor? ¿¿pero tu ande has estao??
ResponderEliminarCon los aeropuertos cerrados, cerca, muy cerca... :)
ResponderEliminarLa naturaleza, la compañía y el aire veloz en la cara. Debo reconocer que prefiero los reflejos del sol en los ojos que los reflejos en guardia. Tempus fugit o carpe diem? Los dos aparecen en esta entrada. Me gusta.
ResponderEliminarBeso.
Me has hecho releer, canalla (perdón, Victoria) y no dije carpe diem en ninguna parte!!!! :P
ResponderEliminar