A veces... un suspiro de los de llenarse los pulmones tan a fondo que te sientes un poco globo. Y silencio. Espirar despacio para que la oxigenación sea completa. Dejar la mente en blanco y concentrarse en el aire que te está ocupando toda. Así se va un poco la furia del primer momento, la molestia, el sentirse incómoda en una conversación que no quieres mantener. Pasa un poco el tiempo y me desconecto ligeramente del origen del fastidio, de la interrupción, del frenazo. Me agudizo, lo noto. Y voy perdiendo la paciencia y me vuelvo [todavía más] pragmática con todo aquello que no me apetece. Intento concentrarme en quien me habla, a pesar de estar interrumpiendo mi propia tarea. No, no he aprendido a sonreir, mientras. Faz seria, resolutiva, con prisa. Eso sí se nota. Y hablan y a veces disimulo el estar sin escuchar, gesticulando un poco de manera neutra. Otro suspiro. Esto es así cada vez más a menudo y estoy cambiando demasiado...
¿Y un poco de helio?
ResponderEliminarBuenas noches sparkling.
Besos a ras de suelo.
Respirar. Prescripción vital para seguir viviendo. Es fácil: suspiro...espacio. Inhalación...exhalación.
ResponderEliminar:)
Un beso de molécula de oxígeno.
silbante: háblame de las aplicaciones del helio, por favor... ;) Un beso, con la cabeza alta.
ResponderEliminarVictoria: oxigenarse o morir. Ya lo dice el dicho... ;) Beso, de mol.