He tenido que oir un segundo despertador muy temprano y el placer de una cita encantadora. Después de la comida en petit comité, el sofá se ha convertido en pirata, como sucede con la cama de Victoria con una frecuencia diaria. Se ha llenado de papeles, informes, legislación fresca como los huevos, el iPad con funda roja, tres o cuatro libros a medias, un rotulador negro y otro rojo, el móvil y su vida propia, música muy bajita, un poleo y tres velas estratégicamente colocadas, como casi siempre [que me acuerdo de encenderlas] en el salón. Ha dado para estudiar, quedarme dormida bajo la manta, leer, investigar algunas palabras clave que me inquietaban y mandar unas docenas de mensajes que siempre están pendientes. Sé que no es una tarde de aventura ni de riesgo. Pero me han preguntado qué me gusta hacer los domingos y esta sería una buena fotografía de los que son como hoy...
Yes... Es lo que tienen las piratas. En la cama. En los domingos. En los negocos. En lo angelical.
ResponderEliminar:)
Beso, sparkling.
Domingo variados y variopintos... días en los que quiero hacer algo y siempre hago otra cosa para acabar de hacer lo que tenía que hacer a medias.
ResponderEliminarUn río sin caudal sigue siendo un río, bien seco, bien con hilillos de agua y otras veces con avenidas sorpresivas... un río existe como una cicatriz en el alma, que aún sin sangre escuece.
Un río que aunque Guadiana no puede dejar de seguirte.
Victoria: yo a ti te imagino perfectamente. ¿Fui lo suficientemente gráfica como para que fuera recíproco? me alegra tu mejoría. Un beso.
ResponderEliminarNOHACEFALTANO: pensaba que podría devolverte la visita, Guadiana. Pero no es posible. Gracias por pasar. :)
No hace falta devolver la visita, porque al fin y al cabo no puedes visitar al que secretamente te sigue. ¿no?
EliminarConfieso que me has despistado, Guadiana. Quiero decir, TLS... ;) Welcome back. As always.
EliminarNo era mi intención despistarte...
EliminarPor cierto, creo que siempre estoy de vuelta... ¿no?
Ando con mis quehaceres y me digo voy a volver un momento...
;)
Sí, sparkling. El sofá ya no era un sofá... Era un mapa, escritora.
ResponderEliminarEstoy mejor, sí. Un beso.