A mi, de vez en cuando, me regalan versos. Llegan de lejos, de quien lee y me sigue en secreto, perseverando a lo largo de los años. A veces me regalan poemas. También vienen de fuera, de extramuros y los meses, poco a poco, se añaden y se suman. Hablan de todas las cosas y hasta de la piel y las ganas. De tanto en tanto recibo correos y palabras unidas que se muestran cercanas, aunque no conozca a quien las escribe, aunque tenga sentimientos muy fuertes y, también, aunque haría una defensa violenta si fuera necesario. Que l#s mí#s son muy mí#s! Y no se tocan. Los años se entrelazan y van sumando versos, poemas y textos. Y constancia. Porque hay que perseverar en el intento de no dejar por los caminos a quienes nos acompañan. Es la parte fácil: interrumpir, dar por hecho, abandonar. La difícil lo es y suele serlo. Y a mi me encantan los retos. Porque me empeño en querer y, a mi edad, lo hago ya sin ningún pudor ni vergüenza, profusamente, a voluntad y sin límites...
Con voz inocente
ResponderEliminary sabia madurez
de tus labios
un reto lanzaste.
Trampa para brotar
la insensatez,
para soñar palabras
que nunca diré.
No unidas están
la vergüenza con insensatez
pero ¿Son los enamorados
insensatos por amar?
Si de niños amamos
con vergüenza
maduros amamos
sin pudor.
Pero de niños
era necesidad
y de adultos
voluntad.
Deseos simples
iguales en insensatos
iguales en personas
iguales para todos.
Han regresado los versos a este lugar... Como ibamos diciendo... :)
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