Saludo desde aquí, en el sofá, a Asturias y Galicia, además de a muchos Madrides, que se conectan repetidamente a este lugar. Hacía días que quería agradecer públicamente su interés, porque he aprendido a vivir dando las gracias, en esta etapa nueva de doble concepción que estoy improvisando un poco pero con toda la conciencia, bloc, pluma y hasta un rotulador rosa.
A veces me pongo a cientosesentaycinco sobre dos ruedas. Otras veces decido quedarme en cama un domingo durante horas. Y devoro letras, palabras, voces. Hago estiramientos y medito. Y apunto lo que va a ser lo siguiente que servirá para tirar del hilo y deshacer lo indivisible, en busca de las preguntas esenciales. Estoy segura de que existen respuestas, satisfactorias, reveladoras, que abrirán la nueva era. Aún no estoy. Lo sé. Falta mucho todavía. Pero aguanto.
Hoy no voy de campeona. La sesión de samma me está tumbando, me ha removido etapas recientes y de pronto tengo un vacío aplastándome el plexo solar, atrapado en la garganta, pegado a la mucosa de la tráquea, bajo la base de la lengua, en las amígdalas. Puedo llamarlo soledad. De esa indeseada que hacía días que no me visitaba, la que tenía controlada cuando estuve más fuerte. No hoy. Hoy no. Era de esperar. Una no puede mover cimientos y esperar a salir de rositas por la puerta grande. Una no puede jugar con cojines de colores, representar su propio caos, llorar un rato y compartirlo creyendo que el cuento no va conmigo. No. No pasa de largo. Salpica, afecta y duele. No podía ser de otra manera, al final.
Lo sé y lo sabía. Supe que tras la subida vendría una caída bien alta. Y aquí estoy, viéndolas venir, a punto de huir una semana de este lugar que me atrapa, como engañándome pensando que la distancia solucionará algo. Creo que con suerte distraerá esta cabeza que no descansa ni un segundo, con prisa por llegar a la siguiente etapa, a la nueva fase, a lo que tenga que ser y venir. Sé que me estoy despidiendo como si fuera a morirme. Y eso que, mucha broma, al final nunca compré la insulina...
Gracias, me doy por saludada.
ResponderEliminarLa cabeza es muy mala,cuando una está sin fuerzas, mejor no echarle un pulso, siempre se pierde.
Estoy segura de que te has levantado de peores caidas , esta una más. Si estás mal, siéntete así, no busques , no profundices....y duerme...mañana será distinto.
Esta, para cuando vayas a 165km/h :https://www.youtube.com/watch?v=vDCADtJIo70
WAS
Imagino que eres la asturiana, no? ;)
EliminarGracias por la canción! Te aseguro que a esa velocidad necesito música más movida!!!
Besos
Ídem de ídem. Sigo con las escenas de los últimes meses clavadas en la retina y aparecen sin avisar.
ResponderEliminarEn la Dragon Kahn, mejor sujetarse bién, la consciencia del recorrido del vagon no aparece ni en la primera, ni en la segunda.... ni en la nosecuantas vuelta. Si llego a saberlo un día de estos, te aviso para que vayas preparando el retorno y pisando fuerte. De momento solo estoy segura de que para ti y para mi también, hay un retorno. Kisses
Escenasdelosúltimosmeses y yo sin tener idea de lo que cuentas...!! Lo siento: suena a shock.
EliminarRetorno. Creo que a mi me encajamás 'renacimiento'. Al tiempo...
Beso