miércoles, 22 de marzo de 2017

Vida...

Soy respetuosa y maniática. Muchas otras cosas, también. Suelo dar el trato que espero recibir y sin necesidad de acordarlo previamente. Adoro la elegancia.

Mi vida empieza a ser de recorrido y llevo muchas cosas a cuestas. Algunas excelentes. Otras no. Y muchos apelativos cariñosos que ya he usado en otras ocasiones. Son usuales y comunes pero al final hay límite. Una no puede estar usando un mismo lenguaje y amasarlo como un chicle para construir palabras nuevas y sinónimas.

He venido reservando uno. Enorme y grandioso. Todo este tiempo. Durante mis décadas, mis experiencias. Estaba virgen, con premeditación y alevosía, porque había que guardarlo como un vino, para la persona especial, el sentimiento nuevo, con ilusión y escepticismo. Consciente de todas las dificultades. No sería posible ya encontrar a quien fuera a merecerlo, con lo importante que es, lo sacralizado y poco banalizado.

Vida. 

Sin el consabido y manido posesivo.

Vida.

Hasta hoy. Una nueva y deliciosa primera vez...

lunes, 20 de marzo de 2017

Coincidencias...

A tu lado las bicicletas son para el invierno y el invierno es azul y verde pero ni gris ni blanco. Y el viento de la orilla del mar de cualquier playa desierta nos invita a instalar unos pareos y a robarnos unos besos, con unas copas de vino blanco y algo de abrigo, como el sol.  Contigo un lunes basta para imaginar lo extraordinario y sentirse de vacaciones. Colecciono sorpresas y me invento cualquier cosa que sea una primera vez, desde unos bolos a un traslado físico a las antípodas, el ansiado PER y desbrozar maleza junto con la más extraña de mis últimas ganas: montar unos hoyos en casa. Las tuyas: salir a vela. A mi me pasa todo eso y a ti lo mismo.

Es la maravilla de coincidir...

sábado, 18 de marzo de 2017

Me gusta...

...robarle un sábado a la vida, recogerte en el P&P, conocer a tus amigos, perdernos a pesar de seguir las indicaciones, no impacientarnos aún y llegar tarde, descubrir lugares nuevos, que luzca el sol y nos encante el arroz, echarte de menos cuando te vas dos minutos, dos, hablar desordenadamente y cortarnos las palabras, saltarnos los temas y olvidarlos, luego regresar, hacer planes por tierra, mar y aire, sonreirnos y que me provoques ternura [y ataques de risa], abrazos, silencios, ganas de más...

miércoles, 15 de marzo de 2017

Naranja, hielo, rodaja de limón y un espirituoso...

Pensaba, convencida, que con mi otra mitad alguien se había hecho un zumo.

Y ahora, sin darme cuenta, estoy yendo a por el hielo y los otros complementos que hacen de mi cada día una fiesta.

Sólo yo sé lo feliz que me hace esa sorpresa a la que a partir de ahora llamaremos 'milagro'...

domingo, 12 de marzo de 2017

Entre tú y tú, nadie...


Insistes. No me crees aunque lo procuras. Sospechas. Crees lo increíble. Esperas. Me miras de reojo. 

Estuviste tú. Entre vacíos, sinsentidos, miedos y soledades, presentimientos. Sonrisas y grandes momentos. Gracias.

Siguieron: los vacíos, los sinsentidos, los miedos y las soledades, los presentimientos. Pero más. Mucho más. La desesperación, el final de tantas cosas, etapas cerradas, acabadas, muertas.

La vida siguió, dulcemente. Pero no la vivía. La lloraba, la pasaba, la dejaba vivir y no percibía que no hay vuelta atrás, no se recupera: se pierde, siempre, para siempre.

Y en el abismo, la nostalgia. El riesgo de marcar tu número, entre las soledades más profundas, que dijeras algo parecido a 'lo siento, es tarde, ya no estoy'. Pero me arriesgué porque la nostalgia fue más fuerte que yo y las ganas me vencieron. Sonreir, esa gran ambición.

Estabas. Te ví la mirada preocupada, seguías siendo alguien cuidadoso, que comprendía poco y creía que lo mío era un juego. Todo pensado como si te premeditara en la ausencia.

Regresaste con las risas, los abrazos y los planes, las ganas. Y aquí estamos. Inamovibles.

Y nunca me creíste. Nunca me has creído.

Pero siempre, entre tú y tú, nunca hubo nadie...