lunes, 11 de marzo de 2019

Mezcla de sentimientos que me provoca todo...

Todo esto ya no es atribuible al cosmos, ni a las cruces puñeteras. Eso se superó, con algunas bajas de consideración. Con metamorfosis y transformaciones, visibles e imperceptibles. Ambas dos.

Reflexiono. Intento comprender. Como en un tutorial de esos de video: cómo sobrevivir a una caída en aguas gélidas por fractura del hielo. Lo primero y casi único es: respira hondo, mantén la calma, que no cunda el pánico. Como si en ese escenario fuera fácil, asumo. Solo, bien abrigado y en medio de un lago congelado en la tundra. Andayá.

Vale. Respiro hondo. Aquí y ahora. Tomo consciencia. Recuerdo otras veces. Se me revuelve todo pero mantengo la calma. Un poco de shock no me lo quita nadie. Otro poco de todo lo inexplicable y algo de por qué. En pequeñas diócesis. Entro oxígeno y lleno pulmones y estómago, repartiendo aire en lugar de bofetadas, como me apetecería. Para eso sudaré, por si puedo sacar por los poros lo que mi boca calla y mi mente quiere gritar. No la dejo. No la dejaré. Me repugnan los reproches porque ya aprendí que deben soltarse en directo, como cuando se retransmite un partido. O callarse para siempre.

Miro al infinito desde la ventana y veo cielo y terrados, alguna antena de televisión, chimeneas modernistas. No cunde el pánico ahora en la protección del hogar. En el futuro es probable que cunda. Mucho. Pero hoy no quiero proyectarme en el más adelante en ese estado, el del miedo, el del la mirada a los ojos de la soledad. Dios proveerá. Supongo. 

No quiero reconocer que nunca aprenderé. Que a fuerza de protegerme de los factores externos me estoy transformando en piedra, ni siento ni padezco, ni extraño ni creo necesitar. Larga lista de experiencias que llevo a cuestas, con la tontería. Entre todas me estáis maleando con fruición. Os pediría que repartierais el juego, en adelante. Por favor. Una apuesta con candidez a que "para siempre" puede ser una opción y de repente...

3 comentarios:

  1. En cuanto a lo de controlar situaciones como la del vídeo , a mí me está ayudando mucho la escuela de teatro donde voy,hacen ejercicios que te ponen al límite y te ayudan a conocer tu cuerpo y alma y controlar los nervios sin sentir adrenalina a la hora de actuar e interpretar tantos personajes que tienes que ponerte en su piel.
    Y nunca podremos protegernos ni siquiera estamos a salvo de los factores tanto externos como internos, quizás los más difíciles sean los internos.
    Abrazos

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    1. Muchas gracias por las recomendaciones, Nabila. Prometo reflexionar sobre ello... :)
      Besos y burbujas!

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