Hay tristezas e incertidumbres, en éstos tiempos. Y después están los detalles que suceden, en los que no reparamos, que se producen imperceptibles, sin ruidos ni estridencias.
Hay cosas bonitas en las esquinas de la casa, en ésta habitación enorme y vacía, en el pasillo blanco y en el dormitorio, entre los pliegues de las sábanas, en tener agua corriente para una ducha caliente ahora que empieza a refrescar.
La belleza está en cualquier lugar, en una sonrisa enorme detrás de la pantalla, en la voz que llega de lejos y transmite afecto, en la dosis justa, en la medida imprescindible, ahora que el contacto es un lujo que extrañamos y nuestros universos son irremediablemente limitados.
Parémonos a escuchar, observemos los cielos con nubes, escuchemos los silencios permanentes, ésta quietud sorprendente, nueva y extraña.
Sintamos.
Sin más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!