Todo lo que puede parecer es, sin duda, mentira. Excepto los gritos que escucho entre pitidos de diferente frecuencia, a ambos lados, aquí dentro. Las ideas televisivas de días felices en mi caso son espejismos. Y frío, sonrisas un poco a la fuerza y presencias sin orientación, sin concentración. No siempre quise estar ahí, con tanta gente.
Raíces? Casa? Dónde? Y quién? Pero cuándo?
Escucho a alguien hablar de planetas. Casual, por cierto. Y comenta acerca de luna llena en Géminis, resets en general, cierres de una etapa que se inició el 21 de junio, cuestionamientos, rediseño de proyectos y redefinición de roles.
Seguiré atenta, como siempre, como desde hace tanto. Solo por si es cierto que influyen de alguna manera [los planetas]. Y seguiré intentando deshacerme de la idea de que voy a tener que instalarme en el pasado para abrigarme, para sentir que existo, para formar parte y abatir la soledad a golpe de silencio.
Entro en un agujero aún más profundo. En plena parálisis. En busca de respuestas, listas, ilusiones, un poco de ganas. Todas las presencias se convierten en silencios vacíos, en abandonos dolientes y lo que desde fuera parece enorme, gigantesco, es por dentro un sinsentido ilimitado, hoy y ahora. La empatía siempre, siempre es una herramienta de dos direcciones, como las dos caras de un vinilo. Y hay que saber interpretarnos...
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