miércoles, 22 de septiembre de 2021

Madrid ya no…

…me mata.

Ya no viajo en los taxis con la cabeza baja, ni disimulo. No evito reconocer lugares sueltos en los que estuve. He podido regresar con la mirada firme e incluso ganas.

Madrid ya no es un lugar prohibido, ni tengo que encerrarme en hoteles, ni esconderme o buscar caras conocidas entre multitudes.

Madrid ya no importa y es indiferente, como cualquier otro lugar. Ni fu ni fa. Madrid ya no me mata…!

domingo, 19 de septiembre de 2021

Viajes en los tiempos…

He dejado [como si me arrancaran, desmembrada] el lugar al que regreso últimamente. Al que vuelvo porque es el único en el que quiero estar. 

Es sencillo de entender. Es una burbuja, un oasis, un remanso y una cápsula. Todo. Porque es ajeno a este mundo. Porque está lejos de la que era mi vida y de quienes la habitan. Porque sigue siendo verano. Porque ahí vive Ella.

Y ahora Ella es con quien quiero estar, dejar que se deslice el tiempo juntas, llevar una vida normal compaginando obligaciones y libertad, organizar la logística que antes sucedía separadamente. Y disfrutar de cuidarse, de descubrirse, de aprender a quererse, sin conflictos ni batallas.

Y hacer planes gigantescos sin prisa, como si nos batiéramos al ajedrez y nos tomáramos el tiempo para no errar y hacer bien las cosas. Porque a las dos nos preocupa y nos hemos propuesto ser la última parada, llegar juntas al final de lo que tenga que ser.

Es bonito vivir así. Es precioso sentir esto. Es un regalo de la vida que llega cuando ya no creíamos posible que dos pieles y dos cuerpos pudieran encajar así, besarse de esta manera…

Luego me he metido en un tren, enmascarillada, en un tratecto que posiblemente haya hecho quinientas veces. Sin tristeza, con pereza. Esta vez sé que me voy excepcionalmente pero nadie me va a lanzar hachas a la espalda cuando me de la vuelta. Priceless…

martes, 14 de septiembre de 2021

Una felicidad razonable...

...y con la boca pequeña.

Querer. Que te quieran. Besar, largamente. Ir a la playa a mediodía. Y nadar y flotar y tomar el sol. Abrazarse por detrás en el agua. Sin parar de hablar. Quitarse la sal en la piscina y hacer unos largos. Entre semana, no festivo. Que te esperen y que cocinen para ti. Que se adelanten para que puedas aprovechar un poco más y hacer ejercicio. Correr a casa y preparar la mesa, la ensalada, abrir el vino o servir el agua, no olvidar la servilleta. Sentarse de frente a una mesa pequeña y redonda. Mirarse a veces, sonreírse siempre, con cierta timidez, bajo una luz mediterránea intensa de septiembre o una lámpara de sobremesa y luz cálida por las noches. Abrazarse en la cama para conciliar el sueño y quedar siempre la última en esa carrera. 

Esta es ahora mi vida. Lo digo con la boca pequeña y bastante miedo. Pero es la felicidad más razonable que he vivido en mucho, mucho tiempo... 

martes, 7 de septiembre de 2021

Todo se transforma...

No sé bien si somos materia o energía. Leo un libro que cuenta que somos átomos y que, una vez nos relacionamos, ya estamos conectados de alguna forma para siempre.

No sé decir. Con determinadas personas sí existe esa suerte de conexión. Con otras, arcadas.

Pero la entrada de hoy es para dejar constancia de lo deprisa que pueden cambiar las cosas. A veces se pasa del abismo a la luz del paraíso turquesa, sin apenas soplar. Por sorpresa.

Y aquí estamos, paseando entre arenas blancas y aguas transparentes...

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Las clases particulares de Pepito Grillo…

Hoy he tenido el placer de escuchar una clase magistral, particular, del Sr. Grillo. Una conferencia, una master class, un monólogo brillante.

En estos casos, hay que abrir bien los [mermados] pabellones auditivos y auriculares, ponerse en modo #atencionplena y dejarse llevar hacia la escucha activa. Sus advertencias, avisos, recordatorios y warning son valiosísimos para mi. Un regalo. Siempre.

A saber:

- nunca bajar la guardia
- no entregarse por completo
- confiar lo justo
- esperar lo mínimo
- seguir siendo tú misma
- no hacer concesiones
- de ningún tipo
- recordar cuánto dolió
- aquello de lamerse las heridas
- no hace tanto, hace nada en realidad
- no esperar empatía
- ni mala fe
- no ceder
- no exigir lo que no te gustaría para ti
- avanzar, ignorando la sensación #todoestanperfecto.

Y así ando: en pleno proceso de reprogramación y reformateando la prudencia. Que vamos justas de fuerzas y basta con que nos soplen a la cara para ver como nuestro castillo de naipes se viene abajo.

Y eso no. Eso sí que no…!