No puedo escribir más que tristezas. Maldecir esta odiosa distancia que yo no sé cómo vencer. Llorar que el hecho, las escenas se hayan repetido con tan poco tiempo de diferencia. Y que todo sea tan extraño, definitivo y traumático. Me ducho y al salir, mojada, un messenger telefónico entre BBs, antes de las 07:00: "... ha muerto. Me acaban de llamar". Pero... ¿cómo? Pero... ¿qué ...?
De pronto sabes que no fue accidental. Que la pareja estaba en crisis. Que ella tenía acceso a toda la medicación del mundo. Que era adicta a la famosa anestesia de aquel cantante que fue negro. Que tenía moratones por el cuerpo. Que él está bajo sospecha. Que todos esperamos a conocer la autopsia.
La vida cambia y empiezas a rebuscar en el alma-zen cuál fue la última vez que la viste, cuál fue el último encuentro fortuito, los planes truncados y los viajes que ya nunca serán. Los últimos besos y lo distante que estuvo en la última fiesta, como ausente, una mirada extraña y sin acabar de encontrarse cómoda en ningún lugar.
Yo te echaré de menos, tanto como maldigo estar tan lejos. Yo te recordaré de mucho en mucho al principio y de tanto en tanto después Pero te seguiré recordando toda la vida. Que yo para esto es en lo único en lo que soy fiel...
Eh, menudo golpe... Espero que estés bien, mucho ánimo si?
ResponderEliminarBesos
M
Hay cosas que cuesta creer. Cuesta creer cuando ves en las noticias, cuando pasas por el lado de casualidad... No quiero imaginarlas cómo serían vividas en tu propia piel, ni siquiera imaginarlo. Aunque me vienen recuerdos, pero diferentes. Es entonces cuando más o menos entiendo lo duro que es.
ResponderEliminarLo siento mucho. Todo mi apoyo y un gran abrazo
María: en fase "qué poco somos y qué frágil todo...". Pero bien. Gracias. :)
ResponderEliminarMarilia: Gracias a ti también, guapa. Y por pasarte. :)
¿?
ResponderEliminarbesos
Mizar