Se van pasando los días pero el año no acaba. Se alargan los días y la luz pero anochece tan temprano... Se me acumulan las letras en las yemas de los dedos y no tengo pantalla grande a mano, así que van guardando cola, en orden, pacientes. A veces dicen que me repito. Supongo que tanta sílaba inventada acaba tomando asiento en mi léxico particular y calcifica. También dicen otras cosas de mi, es verdad.
Pero conste que mis repeticiones no llevan mala fe...
Pero conste que mis repeticiones no llevan mala fe...
Me muero de ganas de quedarme a solas, en el vértice de este año raro, en el que aprendí a no ser yo, para listar [diría sin equivocarme que por primera vez] lo que quiero ser a partir del día en el que regrese a la normalidad que ya no añoro, quién quiero ser, cómo voy a manejarme en adelante. Porque hay algo claro, ahora mismo: me apetezco distinta. Completamente. Renovada, nueva, limpia, como virgen.
No reniego ni me arrepiento. No uso la palabra "error". No quiero mirar hacia atrás [lo último que leí antes de ponerme a teclear casi con violencia, en cada letra, fue de Carlos Ruiz Zafón en su La sombra del viento: "nada engaña más que los recuerdos"; paradójico, ¿verdad?]. Todo está bien así, como está ahora. Nada de lo que renegar o lamentar. Nada.
Quizá diera pocos besos y escuchara menos de lo debido. Vale. Tal vez se me escapó prestar más atención, retener información, ser más empática. Bueno. Pero a veces una necesita un signo, un aviso, algo que permita rectificar esos detalles y convertirse en alguien mejor. Quiero ser mejor. Siempre.
Me contaron que los dragones de madera requieren de alimento diario. Soy dragón de madera y sé que lo que agradezco, lo que me atrapa, aquello que me mantiene interesada sinceramente en algo, alguien, es que me nutran de una manera especial que ni siquiera yo conozco. Ese don lo han tenido muy pocas personas en la vida. Y con ellas me quedé, comprometida, no sé por cuánto tiempo, pero sí de qué manera. Y ahora sólo sé que o estoy o no estoy, con alguien. Aunque se empeñen en lo contrario, sea lo que sea.
Hay muchas cosas que me encantan. Hay muchas cosas que hace mucho tiempo que no siento. Y hay muchas cosas que voy a empezar a sentir...
Siempre se está a tiempo de todo. Lo importante no es estar sino ser.
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