Una cosa lleva a la otra. Das un paso y saltas a otra historia, como las canciones que me sugieren a partir de lo que he escuchado la media de mis últimos 25 años. Bueno, no. Estas cosas ni existían, claro. Y últimamente no me dedico a mucho más que a silenciarme, más que a escuchar exteriores. Mis acúfenos y yo.
Pero esto se lo dedico a alguien que no me lee. Si lo hiciera sabría que el dardo va al centro de su corazón loco. Sin asomo de duda, lo sabría.
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