Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...

domingo, 18 de julio de 2010

Short message service. O sms...

No sé por dónde comenzar a revisar este fin de semana tan extraño y, como no puede ser de otra manera, lo primero que me asalta el estómago es esto...

Sus mensajes cortos suelen ser extensos. Paradoja. Concatena dos o tres sin despeinarse. Resultan largos párrafos, en los que cada frase puede no tener conexión con la anterior. Mucha información. Y me detengo a pensar, por palabra [como los anuncios], con cuidado, procurando interpretar única y exclusivamente lo que motivó el impulso de teclear, a cientos de kilómetros, cuidadosamente. Por alguna razón...

Sus mensajes cortos vibran en el bolsillo derecho de mi pantalón y a veces, por holgados, no lo siento. Pero visito tan frecuentemente la pantalla, por si acaso, por si no sentí su llegada, que no importa, que lo detecto pronto, de manera casi inmediata. Y todo se detiene, dejo de hacer lo que estoy haciendo, pido silencio, me alejo un poco si estoy -como suele suceder siempre en este tipo de fines de semana- acompañada y me impaciento mientras la pantalla obedece lentamente, eternamente, en mi mano derecha [soy diestra, para mi tristeza...], las diferentes instrucciones hasta que se produce la apertura y puedo leer por fin. Una, dos y hasta tres o cuatro veces suelo leerlos, que a veces se escapa la interpretación de los puntos suspensivos o no detecto la omisión de una consonante o la frase en realidad tenía una significación completamente distinta. Una tiene sus manías y, lejos de aniquilarlas, me entretengo.

Sus mensajes cortos son un regalo, por sorprendentes e inesperados [pero en realidad largamente esperados, hasta con inquietud; otra paradoja], por lo que cuentan y, tal vez sobretodo, por lo que callan.
Voy a escribir un gracias bajito, por esas docenas de regalos que he recibido y que han transformado en algo eterno mi fin de semana...

2 comentarios:

  1. No puedo dejar de sonreír y no es porque me sienta identificada sino porque soy la otra, JA, el caso es que ahora sé lo que piensa cuando lee los short...

    :)

    ¿Te gustaría más haber sido siniestra? Curioso.

    Beso, de buenos días.

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  2. Lareth: vaya, lo siento. Aunque más siento que vuelvas a tener razón, bruja! Un beso, de gracias.

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No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!

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Si. Claro. Cómo si fuera tan fácil hacer una definición completa y, además, ecuánime de una misma a estas alturas de la vida... Creo que, por lo menos, necesitaría un fin de semana. ¿Hace? ¿Si? :)

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