Parece imposible pero las lecciones no dejan de llegar y sorbo conocimientos y sorpresas casi a diario. Incluso varias veces al día. Las libo, a veces con fruición y consciencia plena. Otras, con displicencia y ningún interés.
Es un lujo aprender. Lo bueno, sobretodo. Lo triste, por inevitable. Hay detalles nuevos (no te vuelvas a entregar) y recordatorios (haz caso de las señales y huye a la primera). Hay más, por supuesto. Que no hacen otra cosa que reforzar mis recelos, miedos y compartimentos estanco. Y me transforman en otra mujer.
Pero el Fénix, ya se sabe, tiene que mantenerse en perfecto estado de revista para resurgir. Renovado y recuperado, para recomenzar otra vida...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!