Es lo que apetece, lo que buscamos, lo que necesitamos.
Desesperadamente.
Sin éxito, a ciegas.
Nada de lo que pruebas sale bien.
Se agotan las posibilidades, te cansas, piensas en rendirte.
Esto no es para mi. Aquello tampoco, por cierto.
Y un día, sin entender bien cómo, se abren puertas y ventanas de par en par, entra el sol de primavera, regresa la risa, recuperas la ilusión y la rueda empieza a girar lentamente, con prudencia y miedo.
Los dedos no dan abasto para teclear, la cabeza no para de crear genialidades y vas con sonrisa tonta pegada a la cara, aunque no te vea nadie. O incluso cuando te ven, que es peor.
Y así estamos hoy, señoras.
Viéndola venir...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!