Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...

miércoles, 17 de septiembre de 2025

Diagnósticos y mindfulness...

Contenta y bostezando. Así estoy hoy.

Estudiando cosas que me refuercen.

Y resulta que el 90% de las recomendaciones que me dan ya las estoy poniendo en práctica desde principios de año y, con más fuerza, antes de las vacaciones de verano.

El cuerpo y la mente combinados son curiosos. Demandan lo que necesitan. Solo hay que escuchar atentamente.

Exploraré con interés y disciplina las pocas cosas recomendadas que me quedan porque quiero estar mejor muy pronto.

Saber exactamente lo que estoy pasando me ha ayudado dos o tres horrores. Saber que no es una enfermedad ni un trastorno ha sido un regalo.

Y todavía me siento más privilegiada.

Coinciden en que hay que mirar a corto, al aquí y ahora. El mindfulness que hace años ya empecé a practicar, sin mucho empeño.

Pero puedo retomarlo y aprender a hacerlo mejor.

Y me pongo desde ya...

martes, 16 de septiembre de 2025

Bautizada estoy...!

Por fin le han puesto nombre. 

Ahora ya sé a qué atenerme, cómo enfocarlo, ponerle remedio, trabajar en ello.

Un poco ruleta, bastante juego y los ánimos mejorando a marchas forzadas, sin haber siquiera empezado.

Estoy más tranquila. 

Esperanzada e ilusionada.

No solo por esto, si no por todo lo demás, también.

He logrado rechazar la baja larga, seguir mi vida normal (¿?), aplazar viajes por todas partes que no me aportan si no todo lo contrario y fijarme a corto. 

Ya tengo reserva para cosas que me apetecen mucho, incluida parte de la Navidad. La otra parte hay que planificarla entera, aún.

De momento, funciona que me haya vuelto la ilusión...

lunes, 15 de septiembre de 2025

Spoofing y phishing y sigo cabalgando...

Es para reír y escribo en plan de mofa.

Pero lo cierto es que estoy siendo objeto de ataque por tierra, mar y aire.

Por un lado, spoofing y phishing.

Un no parar de correos, banners, amenazas, suplantación de personalidad... El Fraude del CEO, vamos, del que tanto se ha escrito.

Como digo, divertido.

Como si fuera alguien. Como si existiera. Estas cosas llegan cuando menos te lo esperas. Cuando te planteas cambiar de vida (¿alguna vez no me lo he planteado cada día, varias veces?), irte del país, recomenzar en un momento de bajada en aguas bravas con una piragua ultra ligera y mega acuadinámica (¿existe, la palabra?).

Pues eso.

Otra etapa. Y ya está. Como tantas otras, tan marcadas, ahora que tengo la sensación de haber vivido mil y una vidas.

Hay cosas preciosas. Hay personas que son tesoros. Soy una privilegiada. Me quejo por aburrimiento, en realidad. Y bla bla bla.

Ladran, luego cabalgamos (que no es del Quijote, sino que puede venir de Goethe, un proverbio turco o de Rubén Darío. Ya ves...).

lunes, 8 de septiembre de 2025

Otrosí digo...

Por cierto:

- mueble del recibidor comprado y pendiente de entrega (monísimo); ya veremos si el montaje, que a mi se me da taaaaan bien, es fácil o la caja llena se va a quedar ahí, pendiente (como las otras cosas/cajas),

- tv recibida y pendiente de montaje,

- ansiedad: sigo a tope (de mal, quiero decir),

- planes de futuro: en el aire,

- billete de ida pendiente de comprar,

- #putoeclipse

Un finde estupendo, el ejercicio y mi ikigai...

El mundo de los blogs está muerto. Y, sin embargo, gracias Neuronas porque desde que me linkeaste parece que esto ha cobrado vida.

Hablemos del eclipse de ayer, la luna roja o de sangre y bla bla bla.

Punto de inflexión emocional.

Época de cierres de asuntos improductivos abiertos hace seis meses. Bingo.

Etapa de finales necesarios, disolución de límites y necesidad de soltar lo que ya cumplió su ciclo (cito textualmente). Segundo bingo.

Se nos pide responsabilidad emocional, estructura en medio del caos y madurez para enfrentar las ilusiones que se disuelven. Ahí hay trabajito.

Sin comentarios.

Y yo que me lo he pasado súper bien este finde. Acompañada y abrigada, cuidada, escuchada, hablada, llorada y reída.

La foto que queda para la posteridad es: ellas sentadas o de pie delante de una ermita monísima y yo espontáneamente haciendo la vertical en una de las columnas. Disparo automático que captura el instante.

Aún me pregunto por qué hice ese movimiento. Supongo que porque me siento muy bien físicamente y porque ellas me recuerdan nuestra época. 

Ha sido bonito volver a abrir las puertas y decirles: es vuestra casa. Las cosas están aquí y aquí y no esperéis cumplidos.

Tiempo para todo. Como hay una hiperactiva TDH (además de mi), no hemos parado. Cestos de moras maduras y enormes recogidas para hacer mermeladas, higos, uvas, paseos sin prisa y a veces en silencio, visitas a lugares mágicos y pueblos reconocidos como los más bonitos, baños de sol y siestas, baños de aguas gélidas como si nada, desconexión, silencio, soledad, reencuentros. 

Buscar piedras bonitas para rellenar surcos. Que cada una elija alguna que le llame la atención, le guste, sea de una forma rara...

Ver sus caras al estar ahí por primera vez. Mirar, preguntar, querer saberlo todo de golpe, miles de por qués. El mismo número de respuestas.

Cocinar juntas, comer al sol en la terraza, juegos de mesa con unos vinos por la noche, las risas flojas, gritar sabiendo que no molestas a nadie, las campanas, una música bonita...

La palabra podría ser reencuentro. Otra: ofrecimiento. De nuevo: refugio. Terapia. Amor incondicional, del de dejarlo todo (literalmente) para estar ahí, si alguna necesita algo. Así fue en el pasado. Así seguirá siendo.

Unas han ido a mucho peor, con el avance de la vida. Los nidos se han vaciado y están solas en condiciones incómodas o preocupantes. El nido de la que nunca pudo llenarlo, lo ocupa ahora una perra muy simpática de las que cambian la vida.

De mi he procurado hablar muy poco. Pero siempre sucede lo mismo: tenemos dos vidas. La nuestra y la que los amigos piensan que tenemos. Pues ellas creen que la mía es un espectáculo de viajes, gente, amantes en todas las ciudades, comidas, y así.

Ya no me entretengo mucho en desmentir y decir aquello de que no es oro todo lo que reluce, porque cansa y mucho no escuchan, veréis. 

Hace muy poco una de ese mismo grupo me preguntó si yo era comercial de lo mío.

Le dije que sí.

Da igual, a estas alturas. Del todo.

Siempre he preferido ser discreta, el segundo plano y la sombra, está claro y esto lo demuestra. No sé. Cada cuál es como es.

Y yo cada vez soy mejor segunda. Lo tengo claro.

Aunque flirtee con eso de dejar de ser algo, pronto, y pasar a tener el control de mi vida.

Sigo pensando a qué la dedicaré, por cierto. Sigo buscando mi nuevo ikigai, con interés y curiosidad...

Se fueron temprano, porque su viaje era más largo que el mío. Y me escapé a la montaña. A caminar, a trotar y a gritar. Ayer sin música. Solo escuchándome a mi, buscando mis respuestas y haciendo planes, tomando decisiones que nunca son fáciles ni rápidas.

Sigo perdiendo peso, ganando músculo, resistiendo carreras cortas y teniendo ganas de hacer deporte, sudar y sacarlo todo.

Esta tarde, más. Si la lluvia no lo impide...

Aquí está todo...

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Si. Claro. Cómo si fuera tan fácil hacer una definición completa y, además, ecuánime de una misma a estas alturas de la vida... Creo que, por lo menos, necesitaría un fin de semana. ¿Hace? ¿Si? :)

Por si se pierde algo...

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