Parece que empezaré el nuevo curso profesional muy lejos y en un verano. Y mira, no me parece del todo mal.
Las Navidades serán blancas y familiares, después de las fechas señaladas, que también serán con los míos.
Y me acabo de dar cuenta de que de cara a finales de enero tengo que estar aquí sí o también. Debo y quiero.
He recuperado el hábito de leer.
Me estoy quitando de estar pegada al teléfono, esperando, haciendo scroll down y perdiendo el tiempo.
Intento simplificarme la vida. Y vivir en orden.
Tengo que empezar con las invitaciones a casa para inaugurar oficialmente.
Soy muy mala anfitriona. Sin vergüenza lo digo.
Ayer di una clase. Se me hizo largo y me aburrí. Igual lo dejo.
Aunque no sea adecuado pensar eso ni el momento perfecto para tomar decisiones. Lo sé.
No creo que se me pueda pedir nada más, en estos momentos.
Vacunaos. Las gripes ahora son chungas, que me lo han contado...
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