A veces toca caminar hacia atrás. Y releerse en silencio, a solas en una casa, a media tarde de un lunes de agosto, laborable y de calor en alerta. A solas de soledad, me refiero; en ningún caso de falta de compañía. La palabra es avidez. Y todos sus sinónimos y palabras de la misma familia, idéntica. Ávida de todo lo nuevo que pueda llegar cargado de suspiros, paréntesis, largas conversaciones, caricias accidentales, historias jamás oídas antes y todas las ganas que asaltan por sorpresa, porque hace ya tanto tiempo de cualquier cosa que pueda parecerse a eso, por accidente... Ávida, buscando en todos los rincones, en los nuevos y hasta tratando de extraer de la memoria direcciones, nombres y .coms [¿o era .net?], encontrar lugares familiares que se encuentran clausurados o encerrados para que solo algun#s elegid#s puedan entrar, con la cabeza alta. Ávida y nostálgica de cuando entraba y salía, elegía y podía leer vidas diferentes a las que seguía con cuidado e interés y atención y algo de fe. Ávida, nostálgica, impaciente por llegar a alguna parte, quedarme y leer largamente letras nuevas que atrapan por la garganta y no te dejan parpadear, lamiendo las letras, navegando los posts en diagonal, buscando más allá en el archivo de meses, de años pasados, anteriores, tan interesantes o más como los que ahora son de rabiosa actualidad porque han ayudado a definir lo que es el hoy. Ávida, impaciente, nostálgica y un poco inquieta, enfadada y furiosa [según] por los resultados, los silencios, los vacíos y las ausencias que aparecen a golpes de añoranza. No sé por qué pero esta tarde está siendo tan difícil como cualquier otra de aquellas en las que solo estaba pendiente de que dieras señales de vida y nos dejáramos volver e hiciéramos planes de algún tipo, especialmente del tipo un café abajo en cinco minutos, no me tardes, anda. Y tú cruzabas la ciudad enorme para eso, solo para eso. Para esconderme en tu coche en un callejón mal iluminado en el que acabar por abrazarme hasta que se me cortaba el aliento. Y a veces lloraba porque sabía que una tarde como hoy, un lunes de agosto, laborable y de calor en alerta, no ibas a estar más conmigo...
Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...
lunes, 13 de agosto de 2012
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- Si. Claro. Cómo si fuera tan fácil hacer una definición completa y, además, ecuánime de una misma a estas alturas de la vida... Creo que, por lo menos, necesitaría un fin de semana. ¿Hace? ¿Si? :)
He visto tu comentario en mi blog, y he regresado a aquel tiempo otra vez y he retomado de nuevo ese sentimiento (ahora ya dulce) 'saudade'
ResponderEliminarEs difícil dejarte un comentario, creo que cuentas situaciones tan íntimas que siento cierto pudor.
Un beso.
Me alegro de volver a leerte.Un beso
ResponderEliminarHola, cereza. Tienes toda la razón. Es dificilísimo comentar y por eso hay tan poc#s valientes que, como tú, se atreven a hacerlo. Valoro el esfuerzo, no lo dudes. Besos y burbujas.
ResponderEliminarfiorella: gracias. Es agradable que te alguien te de la bienvenida. :)
ávida. nostálgica. impaciente. inquieta. enfadada. furiosa.
ResponderEliminargradación que puedo suscribir.
no hay lastre si acaso salitre en una playa rubia. lo he recordado leyendote. creo que es un poema...
bienvenida. bienhallada, sparkling.
un beso.
ávida. nostálgica. impaciente. inquieta. enfadada. furiosa.
ResponderEliminargradación que puedo suscribir.
no hay lastre si acaso salitre en una playa rubia. lo he recordado leyendote. creo que es un poema...
bienvenida. bienhallada, sparkling.
un beso.
ávida. nostálgica. impaciente. inquieta. enfadada. furiosa.
ResponderEliminargradación que puedo suscribir.
no hay lastre si acaso salitre en una playa rubia. lo he recordado leyendote. creo que es un poema...
bienvenida. bienhallada, sparkling.
un beso.
siento tanta repetición...ni idea de lo que ha pasado. ni idea.
ResponderEliminarNo te preocupes: a la segunda ya me había quedado clarísimo... :)
ResponderEliminarEs la hora de los duendes, mujer. ¿Qué haces despierta a las 4 de la madrugada en una noche de verano? supongo que planeando la mejor forma de desprenderte de los lastres que te sobran, claro... ;)
Un beso.
La avidez no es mala. Y cuando se cierra una puerta se abre otra.
ResponderEliminarMe alegro de haber descubierto tu blog, gracias por tus comentarios.
María Veces: gracias a ti por devolver la visita y dejar rastro. :)
ResponderEliminarsiempre ... siempre... siempre... razón tu??
ResponderEliminarmmmmhhh no sé ... ;)
:)
Besos
Mizar