Voy con cuidado. Mucho cuidado.
Me dejo acompañar. Y camino.
El descanso ha sido útil hasta las 10:30 de esta mañana.
Demasiada tensión después de un paraíso.
No pienso hablar de besos ni de contacto. Esta vez no.
Se queda aquí dentro.
Orquídeas blancas y una nota manuscrita.
Sorprendente, como tantas llamadas de hoy.
Incertidumbres y seguridad a medias.
Me tambaleo un poco.
Quizá porque no sé dónde estoy. Dónde voy. Con quién.
Cuándo. Tampoco lo sé.
Planes concretos y los que preparo para las vacaciones.
Adivino que las necesitaré como el oxígeno y el argón de la canción.
Hay fechas señaladas. Como mañana. Como un cumpleaños.
Una cena o las primeras flores.
Sigo en shock. Lo reconozco. No puedo ser yo.
Alto precio el de mi último año de vida. Qué caro me costó...
Pero barajo destinos de infarto como si fueran cartas de la baraja.
He comenzado a soñar, después de mi glorioso aterrizaje forzoso de hoy...
Banda sonora: You don't own me. De Grace. El mejor estribillo del mundo...
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