Alguien a quién una vez, hace mucho, quise, solía repetir una frase. Si era una cita de un tercero no tengo idea ni quiero buscarlo. Pero en momentos adecuados siempre la decía como si fuera muy mayor y en voz alta: “el número de tontos es infinito”.
La vida va sucediendo y pasan cosas a diario. Todo recomienza y tengo la oportunidad de hacer restylings a medida de los errores cometidos, que son tantos. En todos los campos, porque no se salva uno. He aprendido de la travesía en desiertos con fin, agua, gente. Sé quién no soy.
Y cada mañana pongo los pies en el suelo recordando que la elegancia, la educación y el saber estar es algo a lo que nunca renunciaré. Y a la bondad de las personas que nos rodean. A la empatía, también, que puede explicar hasta la más horrible de las cosas...
Dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana. Creo que es de Einstein.
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