Por fin. Ayer me ayudaron a entender muchas cosas.
No niego que estoy pasando por todas las fases. Son tránsitos bastante serenos, aunque tristes.
Yo no lo entendería de otra manera.
Pero me he topado con una palabra clave.
Superficialidad.
Siempre sospechada, pero desechada porque no encajaba muy bien con la realidad de la propietaria.
Y ostracismo.
Tanto tiempo para ser reprochada con un "y no tienes idea de lo que me pasa".
Caray.
¿No hemos sido capaces de encontrar el momento para que me contaras? entre recta y receta, entre plato y plato, entre paseo y paseo, ¿no fuimos capaces?
Mientras yo me desmenuzaba haciéndome trocitos de explicaciones, de reflexiones, de por qués... Hace mucho que hago los deberes, yo. Mucho tiempo dedicándome para entenderme de dónde vienen tantas cosas...
¿Y tú? ¿callada? ¿sin compartir nada?
Qué idiota soy, pienso.
Menuda decepción. Menuda sorpresa.
Superficialidad y hermetismo. A cambio de todo lo demás.
Y exabruptos y enfados y abundantes críticas a todo y todos los que se mueven.
Pues no me gusta nada.
El sumatorio es realmente muy feo. Y me siento un poco estafada, un poco engañada.
Así que ayer entré por la puerta grande en la toma de conciencia de una nueva fase. La de la furia. Digamos, enfado. Es más adecuado.
Mezclada con la pena, claro.
Yo no lo entendería de ninguna otra manera. Aunque ya veo que tú sí...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!