Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...

miércoles, 28 de julio de 2010

Coincidencias y maletas medio vacías, a medio hacer...




Este post podría ser exactamente igual que el de ayer a esta misma hora. Spinning. Comida en el mismo lugar. Salida en bici. Cena a solas y tres duchas. Sentada aqui delante con la piel ligeramente húmeda y el pelo mojado, Dintel. Este post podría haber no sido, si no fuera por estas punzadas de soledad que sentía entre conversación y pedaleada, bajando la calle Balmes a más de 45 kms/h. Reconozco que a veces tengo estos impulsos. El pensar que soy invulnerable o, mejor, que, no siéndolo, no importa lo que pueda suceder. El chasis soy yo. Si. Lo sé porque lo he escuchado. Y lo sé porque he debido transmitirlo hacia abajo, a mis descendientes, en decenas de recordatorios. No creo haberlo hecho tan mal cuando son un par de responsables entrañables, a estas edades. Sin histerismos ni terrores. Solo responsables.

Decía que este post... podía... remitirse al de ayer o bien simplemente haber no sido. Pero me temo que mis jornadas, cuasi idénticas, contienen diferencias sustanciales a todos los niveles. A esos niveles de detalle y de las pequeñas cosas, me refiero. He mantenido una larga conversación telefónica que hoy no tenía ninguna esperanza de que tuviera lugar, por ejemplo. He pedaleado sola desde casa hasta reunirme con el grupo y he vencido el vacío en el estómago, ese que siempre siento cuando salgo de casa y no tengo compañía. Hoy me he entretenido en valorarlo, en considerarlo, hasta que lo aparté dulcemente, sin manotazos. A nivel familiar todo está algo mejor que ayer y en perfecto orden de revista [no hablo de las del corazón, que no forman parte de mi vida]. El paseo de ahora ha sido casi más magnífico que el de ayer porque ha discurrido en la montaña, con una vista espléndida y el aire oliendo a pino mediterráneo, sabiendo azul. Pero no estabas tú, también sirve como ejemplo para determinar que la felicidad no es completa, que es imperfecta, que son pequeños momentos. He vuelto a caer en la cuenta de que esta inmensa ciudad es un pueblo, de la cantidad de conocidos que nos hemos encontrado en el trayecto, que, por cierto, subía de una manera insufrible. Tanto que he debido bajar de la bici, con las rodillas gritandome que vale, que imposible seguir los trescientos metros que faltaban hasta nuestra particular cumbre. Y que no soy Contador. Ya.
Ha dado inicio la cuenta atrás. Se están cerrando temas urgentes y me llevaré conmigo el par de asuntos, los clásicos del verano, que me acompañan ya desde hace ocho agostos, que me conectan con la vida normal cuando lo que llevo es una existencia lo más anormal que puedo. Y me esfuerzo para que así sea. Omito lo de subnormal porque me parece un insulto, al menos lo solemos usar como tal, y procuro no utilizar la palabra, siempre. La maleta casi completa sobre la cama, a medio cerrar. Otras cosas señaladas en la lista en formato excel para comprar o añadir en el último momento. Con el calor que voy a pasar me resisto a poner cuatro pantalones largos. Vamos, hombre, por favor. Y en esas estoy. A pesar de no tener problemas de espacio, porque la maleta es casi como uno de esos apartamentos armario que comienzan a abundar en las ciudades grandes. Y yo, que cada vez viajo más ligera...














3 comentarios:

  1. Ánimo... que las maletas ligeras encierran un poco mas de felicidad =) Éxito!

    ResponderEliminar
  2. Esa sensación en la bajada es... una piedra, un bache, aparecer un vehículo/objeto/animal/vegetal q sale por esos caminos... sin verlo sin esperarlo sorprendiéndote y zas! en el último momento lo esquivas... y, bajas por caminos de montaña en ese chasis que no te protege nada, sintiendo que te puedes matar con un mínimo error, o un calculo inesperado.. muy bueno ese sentir, sí.

    Creo q conozco perfectamente ese vacío al q te refieres, sino me equivoco... y por lo q veo aún han de pasar cinco años para apartarlo... "dulcemente".. paciencia.

    Me doy cuenta que ... demasiadas cosas en común? mmmh debo preocuparme pues.

    Lo dicho pásalo como tú sabes hacerlo.
    Un millón de besos mas uno.

    Mizar

    ResponderEliminar
  3. M2010: cierto! se aprende con los años a dejar atrás lo accesorio, verás! :)

    Mízar: según mis cuentas te deben quedar cuatro. Así que ánimo! que esto ya está! Y dime ¿cuántos años hace que nos enfrentamos a determinadas coincidencias? tú eres la de los cálculos y la memoria prodigiosa... No debes preocuparte, pues. Recibo los besos y los devuelvo. :)

    ResponderEliminar

No serás de l#s que creen que intimido y por eso no comentan nunca, ¿verdad? :) ¡¡Venga!! ¡¡Anímate!!

Aquí está todo...

Acerca de los datos personales

Mi foto
Si. Claro. Cómo si fuera tan fácil hacer una definición completa y, además, ecuánime de una misma a estas alturas de la vida... Creo que, por lo menos, necesitaría un fin de semana. ¿Hace? ¿Si? :)

Por si se pierde algo...

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Number of online users in last 3 minutes Number of online users in last 3 minutes