Una reunión tras otra. Diez acentos distintos. De un lugar emblemático a otro. En volandas, agotada. Aún no me he ido y me muero por volver...
Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...
miércoles, 30 de enero de 2013
lunes, 28 de enero de 2013
Un cambio...
Estos días son larguísimos. Los trámites de entrada infinitos. Los trayectos en taxi hasta el hotel inacabables, como un viaje paralelo. Los piratas están en cada esquina y a uno ya le he tenido que quitar la maleta de las manos. El hotel tiene cuarenta pisos y hace un frío alpino, de esos húmedos que calan. Me cuesta entenderles, a la velocidad que hablan, con los acentos que tienen. Y yo que pensaba que en mi ciudad había tantas razas. Esto sí es increíble...!!! Ducha y a cenar. Con lo que me apetece socializar, ahora, hoy...
domingo, 27 de enero de 2013
Justo antes de marchar...
He cambiado la configuración y ya no pienso en millas. Sé la equivalencia pero soy lenta haciendo cálculos, especialmente con monedas distintas. Siempre tomo un dato como referencia, fácil de operar y así consigo al menos aproximarme a lo que sería el gasto real. Seis mil ciento cincuenta kilómetros de puerta a puerta, o algo así. Suficiente para extrañar su risa en el sofá, repetitiva y relajada en los días que han de venir. A ella le gustan estos domingos tranquilos, pienso mientras preparo la cena. Como le gusta igual estar ahora tumbada a mi lado en el sofá, en paralelo, su cabeza en mi estómago, compartiendo una de esas mantas tan gustosas, de color blanco, mientras ella ve la tele los últimos minutos antes de acostarse y yo repito teclas porque no para de moverse bajo mis brazos. Y no soy rápida, precisamente. A veces necesito años, no me los dan, todo se queda por decir y una regurgita las palabras, los secretos, todos los silencios y la pena. A mi me encantan estos domingos, aunque haya que pensar maleta, combinaciones que no van con lo de viajar ligera de equipaje, chequear agenda y pensar en casi todo lo demás. Me encantan y extrañaré casi cada momento sin que eso signifique que me falta algo. No suelo proclamar que siento que lo tengo todo...
sábado, 26 de enero de 2013
El ahora de hoy y el del verano...
A veces tomamos consciencia de las cosas más pequeñas. No es invención propia. ya Eckhart Tolle lo recomienda vivamente en El poder del ahora. Digamos que a mi me ha sucedido recientemente en varios nanosegundos... Un paseo entre docenas de razas por Rambla Cataluña, una mañana fresca de invierno, soleada. Echar la sal al agua hirviendo para preparar pasta y después un poco de aceite, mirar por la ventana del taxi que te regresa del enésimo aeropuerto o pasear las habitaciones de la enorme casa materna en la que creciste y a la que sueles resistirte a volver, reivindicando una existencia tan completamente distinta. La maleta vacía vuelve a esperar en medio de mi habitación y no me quiero enfrentar a construir combinaciones cómodas y correctas y abrigadas, seguramente porque esta vez hay un miedo especial, diferente y arriesgado que se añade a las tensiones habituales, un riesgo distinto que no se va si cierras los ojos o te abstienes de hablar, como hacen los niños y como se practicaba en mi familia política [de lo que no se habla no existe pero ni en veintitrés años lograron convencerme de ese planteamiento...]. Esta vez, pues, no va de nostalgias. Va de riesgos y de temores y preocupaciones por lo que ha de venir, no por lo que fue y no volverá. Hoy he cerrado con palabras el lugar en el verano dónde todo está lleno de calas de color azul turquesa y a las alturas del año en la que nos encontramos es un pequeño récord. Si al final, de mayor, seré Capricornio...!!
viernes, 25 de enero de 2013
Estas tardes de viernes...
Aún me sorprenden estos viernes... Pasar por delante de la escuela donde yo también llegaba a las cinco en punto y aparcaba igual en doble fila y esperaba ilusionada verles aparecer corriendo y preparada para que su carrera se viera frenada en mi cuerpo, con cierta violencia y muchas risas. La tarde volaba entre recados, meriendas y tranquilidad en casa, con niñ#s de otr#s y otr#s niñ#s. O no. La vida se ha llevado esos momentos y a un par de mamás con las que, inevitable, trabé amistad de viernes, que en algún caso fue más allá. Hoy he vuelto a pasar y veinte mil fotogramas de esos momentos me han llenado el coche, la vista y gran parte del tacto. Es todo distinto cuando el uno pasa en casa la tarde, después de comer con unos colegas [también en casa] y la otra me informa por whatsapp que llegará, como mínimo, a las nueve. Y a mi se me abre la tarde y echo a andar, hacia abajo, con excusas inútiles y muchas voces y toda la tristeza porque una frase me golpea los recuerdos. La misma calle y tantos años, se me nublan las manos con lágrimas que retengo y lo rehago todo, recreo los momentos, tus ojos y el reproche que entonces no comprendí: 'si algún día vuelves a verme caminando sola por la calle, por favor, por favor, salúdame...!'.
jueves, 24 de enero de 2013
Así que muchas gracias...
En una noche como esta, con fuertes ráfagas de viento y nieve en las montañas, pienso que me gustaría encontrar la manera de estar presente de algún modo, en la distancia, y hacerte compañía; no sé, quizá retirándote el pelo de la cara de tanto en tanto, escucharte largamente y en silencio o acariciarte el dorso de la mano mientras estamos en el sofá, a esta hora, tú leyendo y yo impidiendo que pases paginas con la derecha, entre otras caricias; no me pregunto las razones pero siento que por esta vez quemaría los kilómetros y aparecería en tu casa, solo para que comprendieras que mejor no empujemos a la vida y que la dejemos marchar a un ritmo distinto del nuestro, el que es solo suyo. En cambio, a veces pienso y me entretengo en un imposible de tratar de averiguar en qué lugar de entre todos pensarías para pasar unas horas teniéndonos enfrente, entre platos, cubiertos y algunas copas. Y hasta cuántas horas me serían asignadas en una agenda copada de citas y actividades. He dejado de creer en los esfuerzos personales y hasta en mis propios méritos, así es que una piensa que ni va a conseguir nada en esos terrenos ni siquiera que lo merezca. Pero eso es otra historia, que no forma parte de la tuya, de esto evanescente, frágil, intenso y breve, además de otras tantas cosas que me hacen pensar que hacia tiempo que no vivía algo similar ni tan divertido, aunque ya se sabe que en esto de las historias nuevas se quema mucha adrenalina...
miércoles, 23 de enero de 2013
Creo que la palabra exacta seria desolacion...
A veces la vida regala momentos, intensos, largos. Depende. Cinco horas en un box, tumbada en una camilla, a solas, boca arriba, en posicion de espera, dan para pensar, para caer en los miedos viscerales que nos negamos en modo consciente, para apreciar la sequedad de boca y las manos heladas; dan para ponerse en lo peor, para ir cancelando las citas mas inminentes, de una en una, siempre con la esperanza de que no sea nada, de que va a ir rapido y pronto estaras en casa, de que parece que te sientes mejor, el estomago cerrado y vacio, el alma asustada; si no fuera por esta via, que se clava por dentro cada vez que flexionas el brazo... O por esta bata azul, desechable, que nunca sabes si se abrocha por delante o por detras, aunque sea un detalle menor porque la sensacion de ridiculo es cronica... De pronto, la agenda se desmonta, la energia desaparece, los planes se van cayendo, se pierde todo el control sobre el calendario y las alternancias. Las batas blancas, azules y verdes; los instrumentos y geles helados, los ordenadores en reposo, la gente en los pasillos, la lentitud de cada cosa, de cada prueba, de todas las gestiones; las expresiones del personal, entrenadas para que no adivines si algo va mal, que eso lo diran otros compañeros, si procede. Ninguna musica suave que acompañe, moviles posibilitando comunicar el ingreso, en voz moderadamente alta. El trafico en los pasillos y el paseo en silla por la misma planta... Tengo material suficiente para darle miles de vueltas, de momento...
Ese olor de hospital...
Urgencias de un hospital de ciudad grande, cualquier dia.
- Digame usted qué sintomas tiene... -con tono de rutinario fastidio aburrido-.
Le cuento. "Y claro, los sintomas no me permiten hacer vida normal...".
- Digame usted qué es para usted 'hacer vida normal' -identico tono que el anterior-.
Le cuento. Brevemente, sin explayarme contenta de que alguien me escuche con interes.
- Perdoneme usted, señora, pero esto que cuenta usted NO ES hacer una vida normal...!
El tono cambió del monocorde fastidiado al del cinico profesional que se burla hasta de su sombra...
Otra en la frente.
Siguen las pruebas...
- Digame usted qué sintomas tiene... -con tono de rutinario fastidio aburrido-.
Le cuento. "Y claro, los sintomas no me permiten hacer vida normal...".
- Digame usted qué es para usted 'hacer vida normal' -identico tono que el anterior-.
Le cuento. Brevemente, sin explayarme contenta de que alguien me escuche con interes.
- Perdoneme usted, señora, pero esto que cuenta usted NO ES hacer una vida normal...!
El tono cambió del monocorde fastidiado al del cinico profesional que se burla hasta de su sombra...
Otra en la frente.
Siguen las pruebas...
martes, 22 de enero de 2013
Y tu, qué aplicaciones tienes en tu smartphone...?
yo tengo una que me acaba de contar que llevo mas de 3.000 millas voladas desde el dia 10 de mes y harta de las toses de avion, secas o no, productivas o irritativas, molestas, crispantes, prueba de que ha llegado un invierno violento, por sorpresa. Aburrida de que personas desconocidas se me sienten a milimetros y me pisen el aura, invadiendome por dentro. Cansada de salas de espera con ejecutivos que alzan la voz mas de lo correctamente imprescindible. Superada por conductas masculinas impropias e improductivas, de su semblante enfadado, de su actitud frustrada. Contenta porque llegan los posicionamientos ahora que los años han dejado una patina suave de seguridades, certezas, conocimiento, tal vez gracias a madrugones necesarios y a observar con atencion todas las cosas, a todas las personas. La vida es cuestion de actitud y depende de nosotros afrontarla de un modo, o de otro completamente distinto. San Martin acaba por llegar; no es necesario ser creyente, solo es cuestion de tener paciencia (se lo digo a los cerdos, en generico, que abundan en cualquier parte y son escepticos ante la hora de su verdad, que viene; no tengo la menor duda). Esta todo por hacer, puede ser divertido. Todo depende de ti...
domingo, 20 de enero de 2013
Hablando de la ciclogénesis explosiva...
Hace algún tiempo que soy adicta a las barras de crema de cacao y, como las pierdo o las dejo en lugares extraños, compro en casi cada farmacia que veo abierta [por un lado, soy razonable; por otro, tengo la suerte de que veo pocas porque en horario de apertura suelo tener cosas que hacer]. Tengo una en cada bolso y en muchos bolsillos de chaquetas y abrigos, en el coche y en algún attaché. Y una de las cosas que más me gustan es pasarte mi crema a tus labios a base de besos. Cosa que explica que, cuando escuché esta canción el viernes, no pudiera evitar aplicarte una dosis en un baile lentísimo que, más que baile, fue un abrazo largo, largo... Al fin 37 horas de encierro, viendo nevar, oyendo el viento, intuyendo una helada terrible que dejó el paisaje como [supongo debe ser] Siberia en invierno, observando cómo se acumulaba por palmos la nieve nueva en la terraza, cubriendo cuarterones completos de la ventana, cómo se doblaban lo árboles por el peso de los centímetros de hielo concentrados en contra de la dirección del viento. El espectáculo hoy, al salir a la calle y ver que la carretera, las casas, los coches, los remontes, los cristales y los árboles eran [todo, solo] de color blanco, contra un cielo azul intenso [sí, quizá indantreno, creo que sí...] y un sol frío pero brillante. Encierro aprovechado hasta el límite del agotamiento. Qué paradoja...
viernes, 18 de enero de 2013
Informándome con carácter previo, como corresponde...
Previsiones Meteorológicas para los próximos días (Agencia Estatal de Meteorología - AEMET)
PRONOSTICO PARA EL DIA 19 (SABADO): MUY NUBOSO O CUBIERTO, CON NIEBLAS Y PRECIPITACIONES MODERADAS Y PERSISTENTES. POSIBLES TORMENTAS. COTA DE NIEVE EN 2400M AL PRINCIPIO, BAJANDO HASTA LOS 1200M AL FINAL DEL DIA. TEMPERATURAS EN MODERADO DESCENSO, CON MINIMAS AL FINAL DEL DIA. VIENTOS DEL OESTE FUERTES A MUY FUERTES, CON RACHAS SUPERIORES A LOS 120 KM/H.
PRONOSTICO PARA EL DIA 20 (DOMINGO): MUY NUBOSO CON NIEBLAS Y NEVADAS DEBILES A PRIMERAS HORAS, ABRIENDOSE CLAROS EN LAS HORAS CENTRALES DEL DIA, PARA VOLVER A QUEDAR LOS CIELOS MUY NUBOSOS CON NIEBLAS AL FINAL, CUANDO DE NUEVO SE ESPERAN PRECIPITACIONES DEBILES A MODERADAS, DE NIEVE POR ENCIMA DE 2200M. TEMPERATURAS EN LIGERO DESCENSO. VIENTOS DEL OESTE FUERTES CON INTERVALOS MUY FUERTES.
A mi las partes de "muy nuboso", "nieve", "vientos muy fuertes" y "temperaturas & descenso" me echan para atrás.
Este fin de semana tiene mucha pinta de Leonard Cohen frente al fuego bajo una manta de cuadros. ¿O no?
Ya me pilla mayor, el frío...
Empiezo a pasar, que me espera el Semon del aeropuerto... Aunque sea una merienda, sigue siendo igual de estupenda.
miércoles, 16 de enero de 2013
Prometo que es el último...
No he podido evitar sobrevolarme a los dieciséis en Normandia, perdiendo noches en playas llenas de enormes piedras romas en las que era prácticamente imposible tumbarse. Entonces...
Pero, ¿en qué estaría yo pensando...?
Me envío a la cuenta A un archivo que me interesa releer en casa, en una noche de silencio como la de hoy. Me interesa revisar por enésima vez el documento que recoge "la historia primigenia", esa que nunca olvidamos porque nos damos tanto que el compromiso llega hasta el futuro, al infinito y no finaliza; documento iniciado con candidez hace muchísimos años, revisitado con periodicidad aleatoria y caprichosa, retocado con ensañamiento, completado con miles de anécdotas y vivencias que han ido llegando, deformada la realidad inicial y figurada una distinta y nueva. Me interesaba mucho dedicarme hoy a esa lectura para ver de darla por finalizada [cosa imposible, a la vista de mis acontecimientos] para avanzar del 50% en el que había quedado mi lectura y pensar en qué hace alguien con algo así en una era como la nuestra. Entre vuelos pensaba leer y no podrá ser.
Primera en la frente con la falta de compatibilidad del Mac casero y el pc profesional. Luego vendrán los mismos errores con hojas de cálculo, presentaciones y otras lindezas que lo probable es que necesite de hoy para hoy, as always. Me interesaba mucho releerlo en esta rara intimidad y dejar que mis dedos fueran añadiendo letras y hasta alguna frase porque, con franqueza, me gusta. Lectora asidua pero igualmente esporádica de libros de temática, sé cuándo debo enredarme en una trama y cuando no es necesario sino una pérdida de tiempo. En este caso, no siendo objetiva y conociendo el final [cosa que no tiene ninguna gracia, por cierto], tiene más delito, en mi opinión. Sucede que hoy mismo he modificado el desenlace, así, sin pestañear. Y ha mejorado sensiblemente el conjunto, a pesar del temor de estar olvidando datos que acabarán por evidenciarse contradictorios. Sin falsas modestias lo digo en la confianza de que se entenderá como es y no como una presunción.
Hay canciones que te siguen a todas partes y ésta en días como hoy saldría a gritarla a la terraza, a pesar del frío y de que aquí no ha nevado, con la certeza de que mañana pisaré nieve inútil y el sábado la más útil de todas, la que haya conseguido sobrevivir a los vientos fuertes que anuncian nuestros meteorólogos con un brillo especial en los ojos, moviéndose continuamente y gesticulando mucho frente a la pantalla, excitados por el hecho de que en España tenemos algo más que huevos fritos y anticiclones, solo de tanto en tanto. Ellos y ella lo saben y se explayan, contentos de que lleguen las heladas, que van bien para la viña; las nieves, que ayudan a un sector deprimido; las lluvias, a llenar pantanos y los vientos a limpiar atmósferas...
Pájara en spinning, por cierto. Mucha imagen de estar en forma y pincho a los 20 minutos. Bah... Las lumbares están emitiendo facturas en papel continuo, haciéndome pagar los ímpetus mal canalizados y la desgracia de una noche corta, que el avión despega muy temprano, también como siempre. Pensar que decliné la invitación de hacer noche allí...
martes, 15 de enero de 2013
Et le temps s'écoule...
Hoy va de enlaces, de sonidos y palabras, de recuerdos de manos jugando bajo una manta frente al fuego. Fuera ha nevado, tarde de sábado y todo por hacer, tanto por decir. Las pieles, a veces, se reconocen mucho antes de encontrarse, se encuentran para siempre o se repelen. Al menos una persona estará de acuerdo conmigo en esto de la piel, aunque lo escriba para ella y esté claro que la teoría [que no es mía] posee adeptos. Hay voces y canciones que se agarran a la garganta y no paran de subir hasta el lagrimal. Como esta, por ejemplo...
lunes, 14 de enero de 2013
El día a día y algunos fines de semana...
El contador debe estar marcando mal. Nadie puede tener tanto tiempo libre para instalarse en un lugar como este y perderlo. Cada cual sabrá qué espera y qué busca y, probablemente sobretodo, lo que encuentra. Yo me limito a avanzar despacio y en silencio. Hoy he regalado protagonismo, expresamente, sobre dos proyectos que han funcionado y han sido recibidos con especial entusiasmo por quienes esperaba abiertos opositores. Seguramente porque mi cara, mi cuerpo, mi voz y mi nombre no estaban detrás. He decidido no invertir energía en defenderme y quedarme sin energías luchando contra todos por el pequeño detalle de haber nacido mujer;también he decidido solamente hacer mi trabajo, tan bien como me es posible, como si el universo fuera de mi propiedad y alguna vez hubiera de ver revertidos todos los beneficios del firmamento. Lo he decidido porque es bueno para mi salud. Y una placa metálica en francés así me lo recuerda en el despacho, constantemente, cada vez que levanto la vista del pc. Reza así: "J'ai décidé être hereux. C'est bon pour la santé".
Hace mucho más de una década aprendí esa lección de quien era mi superiora jerárquica, aunque a miles de millas de mi mesa. Telemáticamente, funcionábamos. Presencia física requerida trimestralmente. Ir y venir en el día, permanecer algunas noches, incluso semanas cuando el problema era mayor. Y el tiempo acaba de devolvérmela en forma de letras, cariño y consulta. Cuántas vueltas está dando el mundo para que el pupilo enseñe a su maestro... el día en el que el superior agradece al subordinado en diferentes ocasiones su buen hacer y se aguanta con dignidad un trote largo [o un galope corto] en cinta de más de treinta minutos, después de tanta lesión, molestia y parón de gimnasio, que se sustituyó por algo bien distinto que solo desarrolla cuádriceps y destroza meniscos, entre otras lindezas. Son días de alegrías concatenadas y diversión en los rincones de cada una de las rutinas que me descubren con los pulmones vacíos y pensando que el crono sigue en marcha, hacia atrás, acercando al tercer avión que me ha de devolver a tus brazos y que se abra un paréntesis blanco y...
Hace mucho más de una década aprendí esa lección de quien era mi superiora jerárquica, aunque a miles de millas de mi mesa. Telemáticamente, funcionábamos. Presencia física requerida trimestralmente. Ir y venir en el día, permanecer algunas noches, incluso semanas cuando el problema era mayor. Y el tiempo acaba de devolvérmela en forma de letras, cariño y consulta. Cuántas vueltas está dando el mundo para que el pupilo enseñe a su maestro... el día en el que el superior agradece al subordinado en diferentes ocasiones su buen hacer y se aguanta con dignidad un trote largo [o un galope corto] en cinta de más de treinta minutos, después de tanta lesión, molestia y parón de gimnasio, que se sustituyó por algo bien distinto que solo desarrolla cuádriceps y destroza meniscos, entre otras lindezas. Son días de alegrías concatenadas y diversión en los rincones de cada una de las rutinas que me descubren con los pulmones vacíos y pensando que el crono sigue en marcha, hacia atrás, acercando al tercer avión que me ha de devolver a tus brazos y que se abra un paréntesis blanco y...
domingo, 13 de enero de 2013
Domingo por la tarde y este frío en las manos...
Me podría haber tirado del sofá e ir rodando, por inercia, hasta el mar, esta tarde gélida y gris en la que la ciudad estaba completamente vacía. Lo he dejado todo, he ignorado las voces que me reclamaban y he estrenado una aplicación genial, la mano en el bolsillo de la chaqueta, equivocándome por completo en la elección de la música. El día estaba para lágrimas y también rodaron...
Las calles en modo Babel; he observado con cuidado y detenimiento todas las razas, las facciones, la calma de los turistas en pleno centro, encantados de que la shopping line estuviera efervescente, este domingo de enero en el que la primavera ha dado un enorme salto hacia atrás. En lugar de vivir uno de esos horribles domingos en los que las ciudades se detienen y se transforman y no son lo que suelen ser, si no tristes... Rambla Cataluña podría ser esa calle en la que se regalan cochecitos con bebé haciendo la siesta. Al menos a la intempestiva hora en la que me he decidido a caminar, deprisa, mirando de reojo algunas tiendas en las que no me apetecía entrar, por si veía el par o tres de cosas que necesito para volar antes de fin de mes. Más de dos horas. Deprisa y sola, escapando de caras conocidas, conversando plácida y largamente y sintiendo que las molestias de la primera lesión y la somatización remiten con lo que empiezo a flirtear de nuevo con el ejercicio...
sábado, 12 de enero de 2013
Y es que es tan difícil saber de ti...
A veces hay cosas que se mueven, que se revuelven, sin querer. No soy de querer revisitar tristezas y, sin embargo, lo hago de tanto en tanto. Creo que hacía tiempo que nada retornaba con tanta fuerza como todo lo que quedó pendiente: las palabras, las caricias, los silencios y las miradas, además de la complicidad de compartir los enormes secretos de la vida, los descubrimientos, las felicidades. Todo eso ha regresado de repente y se ha instalado en mi día, mezclándose con todo lo que en su momento compartimos; un sábado cualquiera, como el de hoy, tan frío, tan húmedo, tan distinto... He regresado a un hotel de la playa, he visto la habitación y la king size con sábanas de seda [un capricho que nos acompañó durante todos los trayectos, muy recomendable, por cierto], he paseado descalza por una arena rubia, fina, fría; he recordado vivir la noche, sentirle la piel entre las manos, bajo los labios, y descubrir entre abrazos que llegaba la mañana, para dormir hasta que el hambre irrumpía más en mi que en quien despertaba a mi lado... Noches infinitas, que acababan con la luz del día, suspiros y algún que otro miedo. Velas y olores, que siempre acompañaban, formando parte, con la música, completándolo todo y haciéndolo [como es de ver] difícilmente olvidable. Pasan los años y hay instantes que siguen instantes; me pregunto a veces cómo te estará tratando a ti la vida, el tiempo, el amor...
viernes, 11 de enero de 2013
Maratón inalcanzable, hoy...
Una hace planes, con la calma de un reposo [prometido, esperado, calculado], gestionando los flecos sueltos y todo se enreda provocando la búsqueda mal disimulada de la cámara oculta que alguien debe haber puesto para atraparte con el paso cambiado y perdiendo los papeles, los estribos y el saber estar. Como si se protagonizara una broma pesada y de mal gusto. Una lástima, la pérdida de las oportunidades, aunque esté aprendida la lección de adaptarse al cambio de manera precipitada, acaso. No valen ni dilaciones ni pérdidas de tiempo, inútiles, estúpidas, terribles. Hay que actuar deprisa, a pesar de que, con la frustración, han regresado esas molestias que parten el cuerpo en dos en un imaginario eje horizontal, perfecto. Y ni siquiera han admitido mi solidaridad, a pesar de que iba a mentirlo todo con la cabeza alta; la causa lo valía. Me pareció demasiado arriesgado, aunque mi impunidad hubiera sido perfecta. Quizá precisamente por eso di pasos al frente y me rectifiqué: no se trata de causar daños ni siquiera colaterales e indeseados, porque hay cosas con las que no se juega.
La tarde se ha llenado de letras, torpes, lentas. Y de voces y he cometido el error de exprimirme como un cítrico en un ejercicio extraño, como el de mirarse en un espejo y, simplemente, reconocerse. A momentos, en ocasiones y oportunidades, porque el papel todo lo sostiene pero, en cambio, la voz... Como un predio sirviente o el tutor a quien le aprovechan las experiencias ajenas, como la telonera o la encargada de exponer en primera persona, como esos perros guía entrañables que hay en todos los lugares y que suelen cortarme la respiración. Como si supiera el camino que queda por recorrer, lo recordara y me llevara las manos a la cara, cubriéndola con preocupación, intentando inventar soluciones para eliminar sufrimientos, los que sin duda han de venir, implacables e inevitables, sin piedad. Todos podemos, al fin. Hay esperanza y hay otras vidas y otros compartimientos y lugares. Es cuestión de querer, como quien quiere encontrar tiempo para lo que suele no ser posible y, ¡helas!, aparece rompiéndolo todo, rutinas incluidas. Y se recogen pedazos por todas partes y la mente se va en vuelo rasante hacia atrás, a los lados, proyectada hacia ese futuro que se acerca despacio.
Nada como una copa de vino para sentarse, escribirse y no decir nada. Mi soledad es cada día mayor por estos lares y ni siquiera pienso en releerme por si se me ha deslizado algún [odioso] typo o error gramatical que solo l#s mentalmente privilegiad#s son capaces de hallar...
jueves, 10 de enero de 2013
Este como siempre tiene algo de distinto...
Reconozco que vengo poco. Mucho menos de lo que me gustaría. Supongo que suele suceder. Pero de pronto el tiempo se ha comprimido y todo se ha llenado de cosas. Son gestiones rápidas y es imposible detenerse en cada una como antes, como siempre. Valoro los enormes cambios que se han producido en mi forma de hacer, a lo largo de los años. Y me disgusta porque sé que la explosión está asegurada y a la vuelta de la esquina, que es cuestión de tiempo y, lógicamente, la primera que se exigirá a sí misma seré yo. No se ha podido finalizar una gestión y llega el encargo de otras tres, simultáneos. Fuera del área de confort todo genera ansiedad, inseguridades y miedos. Sí, también a mi.
Y estoy intentando hacerle bajar la voz a mi cuerpo, que me está lanzando a gritos y a la cara el bonito mensaje de que es hora de ir levantando la manita y reconocer que no doy más de mi, que tengo fin y límites, que esto no puede seguir siendo y además es imposible.
Tengo una pelota pequeña, de goma, azul, dando botes rítmicos y sutiles en mi sien izquierda desde esta mañana, acompañada -la sensación- de un ardor de estómago provocado por medicación antiinflamatoria que pretende combatir, sin éxito, una lumbalgia que amenaza con dejarme clavada en el sitio y momento menos pensados y un nudo en el mismo lugar (recordemos, el estómago) provocado, este, por nervios del tipo "otros" que han aparecido súbitamente en medio del trayecto de regreso a casa en el tren (hay novedades y sorpresas que cuestan de digerir, lo reconozco también).
Sé que es facilísimo pensar que es un panorama, que debería guardar reposo y parar un poco. Pero a pensar de que también yo lo pienso, es lo que hay y estoy fracasando en hacerle entender a mi mente que, como siempre, todo marcha bien...
domingo, 6 de enero de 2013
Dame un poco de tiempo, por favor...
Se me vuela una semana. Completa. Días y también las noches. Volados, voladas. Vas mirando hacia atrás, por encima del hombro, y apenas se pueden ya rescatar los recuerdos, pequeños y enormes, recién diseñados. De pronto, como un susto, los segundos que componen el domingo se detienen y todo deviene la entonación, la duda de lo que fue en realidad y lo que nuestra mente quisiera que hubiera sido. Todos los miedos agolpados, como niños y niñas detrás de una puerta cerrada, guardando turno para entrar cuando sea posible. Presintiendo lo que ha de venir, las rutinas retomadas que ahora no parecen ni siquiera confortables, como antes -hace tan poco- resultaban, cómodas.
No podía ser de otra manera y mi cuerpo está protestando por todos los excesos y, como en los viejos tiempos, la falta de ganas me ha introducido bajo edredones después de una comida europea, por frugal y por temprana, en soledad. Reconozco haber rechazado compañías porque hoy las lágrimas se me iban escapando por los rincones de la casa. Tal vez haya sido buscada, pero esta soledad de la que hablo no tenía opción, en realidad. Es la de los miedos, las pérdidas de control de la realidad, la mente avanzando a su ser hacia lugares nunca visitados, que no se puede compartir porque inquieta, preocupa y puede doler.
Solo necesito un poco de tiempo...
No podía ser de otra manera y mi cuerpo está protestando por todos los excesos y, como en los viejos tiempos, la falta de ganas me ha introducido bajo edredones después de una comida europea, por frugal y por temprana, en soledad. Reconozco haber rechazado compañías porque hoy las lágrimas se me iban escapando por los rincones de la casa. Tal vez haya sido buscada, pero esta soledad de la que hablo no tenía opción, en realidad. Es la de los miedos, las pérdidas de control de la realidad, la mente avanzando a su ser hacia lugares nunca visitados, que no se puede compartir porque inquieta, preocupa y puede doler.
Solo necesito un poco de tiempo...