Hay quien pone ilusiones sobre la mesa. Y planes y proyectos. Y cosas que compartir, crear, construir. Y hay quien conjuga plurales y sonrisas que devienen imposibles, forzados y aprietan.
Hay que soltar y recoger la decepción que parece caída de un bolsillo entreabierto de la chaqueta de invierno. Porque comenzó en primavera, como regalo de cumpleaños y el frío se lo lleva, al rincón de pensar lo que es inmutable y lo que ni siquiera un ejército de guerreros adiestrados podrían cambiar.
A veces, tan a menudo, casi siempre, se siembran ilusiones con las ganas y la fuerza de quien disimula que su corazón está entero y nunca lo dañaron, para acabar recogiendo decepciones y reproches como si la vida fuera solo cosa de uno y las injusticias no existieran.
Se aprende a confiar en que el tiempo teñirá de verdad lo sucedido y las miles de palabras cruzadas serán resumidas en una frase fría y breve, dicha del tirón y sin grandes sentimientos, ni separados ni encontrados. Me dejó. O la dejé. Siendo generosos, un nos dejamos. Porque después de algún tiempo se pueden reconocer heridas sin que importe apenas nada. Entre sollozos...
Luis Cernuda decía que "Estar cansado tiene plumas". No sé que te parecerá a ti. A mí el dolor de los míos me duele tanto como el mío sino más. Afortunadamente con el tiempo se aprende que todo pasa. Si pasa lo bueno, por qué no iba a pasar esto también. Saludos.
ResponderEliminarHola, Anónimo. Gracias por la visita. Fuera de contexto no comprendo la frase de Cernuda... :(
ResponderEliminarA veces lo malo también pasa. Pero devasta...