Me sentaría contigo en el sofá, sobre la pierna derecha, de lado; ese sofá que lleva soportados tanto peso, tantas horas, tantos saltos y algún que otro encuentro horizontal. Acompañada por la música y la oscuridad [es que solo habría un punto de luz, intenso, enfocando hacia el suelo, matizando los relieves y los colores] intentaría hablarte de la soledad y el miedo, que son palabras que maridan irreversiblemente bien.
Quizá tocara por encima la proyección del futuro pero hay algo de lo que sí estoy segura: me recrearía en lo pasado, en aquellas cosas que ya viví y que quizá necesite recordar de vez en cuando. Así no me desoriento por el camino, que tiendo a idealizar.
Altamente improbable que te hablara de lágrimas y abandonos, que prefiero pasearme por entre las sonrisas que me han ido regalando. Una colección. Y una coincidencia que las personas a las que quiero se pierdan mientras me miran a los ojos, expresión tan ausente y familiar por repetida. Pero es que, además, no lloro. Al menos no como propósito ni hábito. A lo sumo, un hecho fisiológico y aislado, además de vergonzante para mi misma.
Te querría contar, apresurada, en un momento, todo lo que he sido. Como si fuera posible. Como si las personas pudieran conocerse a través de una mirada y el tiempo no fuera demasiado crucial, para mi gusto. Pero lo intentaría. Soy de prisas, de contradicciones y de sorpresas. Me gusta negar contrarios y mirarte mientras te incomodas y te mesas el cabello. Quizá debieras dejarlo crecer. Solo un poco. Ya sé que sino se te riza [y adoro los rizos, aunque no te lo dijera antes. Antes de conocerte, quiero decir].
Y te preguntaría, lamentando que esa costumbre sea inevitable deformación profesional. Si te tuviera tan cerca, es seguro que querría absorber todo de ti y observarte. Deducirte de tus movimientos, saber por qué dejaste de moverte y paseas, inquieta, la mirada por mis rincones, quizá buscando que los objetos, su disposición, los vacíos, te cuenten de mi. En el supuesto de que algo de todo eso pueda interesarte.
Te pediría la voz aunque soy de silencios. Y te ofrecería un té caliente, que este invierno viene cargado y lento. Y tomaría la taza entre las manos, en busca del calor, y soplaría suavemente para enfriarlo despacio. Buen momento para un cigarro, ahora que dejé de fumar. Las citas con desconocid#s invitan a casi todo, casi siempre. Y empezaría a quererte, dulcemente, en silencio, en secreto. Soy tan reservada.
Todo el tiempo usé el condicional. ¿Te habías dado cuenta? Es que me he puesto a pensar algo así como ¿te imaginas que alguna vez llegamos a conocernos, de verdad?
Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...
jueves, 5 de marzo de 2009
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Acerca de los datos personales
- spark
- Si. Claro. Cómo si fuera tan fácil hacer una definición completa y, además, ecuánime de una misma a estas alturas de la vida... Creo que, por lo menos, necesitaría un fin de semana. ¿Hace? ¿Si? :)
Título:
ResponderEliminarDeseos a Media Luz
me gustaría dejarte un título, "round time".... hace poco he leido un poema sobre memoria, busqueda de identidad y poesía... me tiene enloquecida la (im)posibilidad de traducirlo:
ResponderEliminarLooking back, I look
too straight: I can’t locate
my old self, I mean young self,
you know who. My one-and-only,
be-all-end-all, my intended and my ex, the one I was most smitten with.
No matter in how many shots and tones and letters she was caught, recorded, dated, lovingly held still or held important, now behind the frozen frame she stays essentially unrememberable -- not to be surrounded, comprehended -- even in time (especially in time).
Heather McHugh "Round Time".
siento tenerte tan abandonada... no llego al blog ni una vez por semana...
Cuando te leo lo hago en voz alta, y lo hago de este modo porque tus escritos tienen una música especial, tantas palabras diferentes, tanto vocabulario hace que resuene en este pequeño espacio como un homenaje al lenguaje, y ordena todo lo que hay a mi alrededor, porque amo las palabras y es que es mucho lo que producen en mi ánimo.
ResponderEliminarEres la única persona a la que leo en voz alta.
Pensaba ayer que me he vuelto reservada, he descubierto que esa actitud prudente es buena para las relaciones con la s personas, aunque no siempre lo soy. A veces me daría de bofetadas cuando me reconozco como una "bocas", con lo guapa que estoy callada!
No buscaré título para tu escrito, aunque haya pensado en uno, prefiero decir que hay una persona a la que me gustaría conocer, también yo la tengo, conocer de verdad, compartir el mismo tiempo en el mismo espacio, y sentirme mucho más afortunada de lo que me siento ahora.
Beso, y rosa.
Lector: gracias por el título. Me gusta.
ResponderEliminarFarala: gracias por pasar, con la melena despeinada al viento y tus prisas. Lamento no contar noticiones pero una lleva una vida de encefalograma... Y aún siento más no poder ayudarte con la traducción de un texto tan complejo. Quizá Lector pueda echarte un cable.
Lareth: un honor que me declamen... La verdad. Beso, ruborizado.