Una se mueve y va recordando. Vive momentos que Buñuel o Almodóvar querrían para sí. Se acumulan personas y experiencias fuera de lo normal, por completo. Un aeropuerto y sueño. Alfonso XII y la plaza con la puerta. El parque agostado y amarillo me apena. El pintor barroco y la biblioteca nacional, algún restaurante oriental, zonas conocidas y revisitadas con prisa, el gran Paseo y nubes amenazadoras. Muchas reuniones encajadas con personajes inverosímiles, como en un guión de película surrealista. Estás conmigo. Te oigo, me encanta.
Avanza el día y acaba en un barrio desconocido en el que se oyen los pájaros y tiene el nombre de la obra más conocida del pintor toledano por excelencia y la calle lleva por nombre el de un reputado matador. Tarde se hizo todo con comensales que descienden directamente de Baco. Seguro. Y lloviznaba al salir de esa casa, cuando todo era oscuro y silencioso. Multiculturalidad empresarial, creencias religiosas dispares, proyectos semejantes, respeto exquisito. Primeras piedras de esa nueva etapa de visibilidad que me pronostican, aunque no sea lo que busco pero que se va sucediendo, sin mi intervención directa. Con sorpresa y sin querer.
Las excentricidades siguen entre personajes nada comunes con problemas grandes como castillos y palacios y largos apellidos compuestos, cerca de un pantano con isla privada en el centro. Hay varios en los alrededores de esta gran ciudad, por lo que me han hecho saber. Pero nunca los había visitado antes, a pesar de ser uno de los intereses verbalizados y solicitaros que también se incumplieron, como tantos.
Y no quiero preguntarme el motivo por el que estoy aqui y hoy y en mi Ahora, aunque sea provechoso. Siempre sirve conocer y darse a conocer. Pero no estoy del todo segura de si lo que estoy haciendo me lleva por la vía correcta y más rápida a dónde quiero estar a corto. La suerte infinita es que la compañía está resuelta y es más que acertada... Un regalo... Todo lo demás se irá despejando en plural y sin prisa. Pero no me gustan las distracciones gratuitas o las pérdidas de tiempo sin razón.
Así es como "perezadepava" se plantea la vida, a menudo. Porque no me gusta vivir improvisando, errando, dejándome arrastrar y engañar. Porque ahora me siento más fuerte y más yo que nunca...!
Avanza el día y acaba en un barrio desconocido en el que se oyen los pájaros y tiene el nombre de la obra más conocida del pintor toledano por excelencia y la calle lleva por nombre el de un reputado matador. Tarde se hizo todo con comensales que descienden directamente de Baco. Seguro. Y lloviznaba al salir de esa casa, cuando todo era oscuro y silencioso. Multiculturalidad empresarial, creencias religiosas dispares, proyectos semejantes, respeto exquisito. Primeras piedras de esa nueva etapa de visibilidad que me pronostican, aunque no sea lo que busco pero que se va sucediendo, sin mi intervención directa. Con sorpresa y sin querer.
Las excentricidades siguen entre personajes nada comunes con problemas grandes como castillos y palacios y largos apellidos compuestos, cerca de un pantano con isla privada en el centro. Hay varios en los alrededores de esta gran ciudad, por lo que me han hecho saber. Pero nunca los había visitado antes, a pesar de ser uno de los intereses verbalizados y solicitaros que también se incumplieron, como tantos.
Y no quiero preguntarme el motivo por el que estoy aqui y hoy y en mi Ahora, aunque sea provechoso. Siempre sirve conocer y darse a conocer. Pero no estoy del todo segura de si lo que estoy haciendo me lleva por la vía correcta y más rápida a dónde quiero estar a corto. La suerte infinita es que la compañía está resuelta y es más que acertada... Un regalo... Todo lo demás se irá despejando en plural y sin prisa. Pero no me gustan las distracciones gratuitas o las pérdidas de tiempo sin razón.
Así es como "perezadepava" se plantea la vida, a menudo. Porque no me gusta vivir improvisando, errando, dejándome arrastrar y engañar. Porque ahora me siento más fuerte y más yo que nunca...!
El secreto está en la esponteidad.
ResponderEliminar