Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...

lunes, 31 de enero de 2022

La simpática de Neuronas zurdas...

Aqui lo dejo. Gracias por las risas... :)

Neuronas zurdas de una mujerenguerra: No estoy sola…

Dilemma...

¿Que qué es un dilema?

Mira lo que dice la RAE: 

  • Situación en la que es necesario elegir entre dos opciones igualmente buenas o malas.
  • Sé que lo sabemos, por supuesto. Aquí solo vienen chicas muy listas. Que yo lo sé.

    Pero la palabra clave aquí es "elegir".

    Cuando alguien tiene que elegir, si hablamos de pactar o negociar algo en una relación, malamente. 

    Mala cosa. 

    Feo.

    Triste.

    Y sospechoso.

    Alarmas y campanas comienzan a sonar ahí detrás, a las espaldas, como persiguiéndote. 

    Y te intentas convencer de que no. De que es todo muy Disney, naif, adolescente, ingénuo y bienintencionado. Que no hay de quién preocuparse.

    Pues peor.

    Porque un dilema supone que por un lado quieres. Pero por el otro sabes que traerá malas consecuencias.

    Y te debates entre ti misma y el impacto de tu decisión en el plural de tu relación.

    Porque hay relaciones que son coqueteos encubiertos, alimentos para el ego, serotonina pura. En las que se comparte más con los habitantes del exterior que con quien convive en el interior de la misma casa. Llega la cena y no hay nada que contar porque se vació todo en otros momentos, lugares, conversaciones...

    Qué horror.

    Cuando estás en época de construir, de sembrar, de crear, ¿es justo dar pie a los dilemas, alimentarlos, perseguirlos?

    Cuando todo debería ser una ilusión grande y focalizada, con nombre propio, una ni siquiera puede pensar en otros nombres. ¡Hombre no! ¡De verdad!

    Ni mucho menos en algo que ponga en peligro la perfección de la construcción, la ilusión, la alegría. Fuera las distracciones, por favor. Aprovechemos cada segundo de felicidad recién estrenada, recién desenvuelta del papel de regalo. Hombreporfavor.

    Se le llama mandar a tomar por saco el momentum. En serio. Cargárselo y destruirlo metiendo ruido en un lugar pacífico. Metiendo bullicio, metiendo gente.

    No se puede dar paso a las distracciones, en esos momentos. No se debe. ¿Con qué derecho? ¿qué hay tan fuerte como para derribar los proyectos de vida, la vida en sí, tumbar a la otra parte contratante? ¿Cómo justificar que haya que introducir a nuevas personas en un lugar de dos recién estrenado, aún por consolidar, todavía por conquistar?

    Sí. Porque nos conquistamos cada día. Y nos cuidamos y nos mantenemos bien por dentro y fuera para gustarnos a nosotras mismas pero, por supuesto, para interesar a quien comparte la vida con nosotras. Cada una con lo suyo y según su estilo. Pero sí. Hay que trabajar para estar bien y para que os miren a los ojos y nos encuentren atractivas o interesantes, o algo. A mi me gusta sentirme orgullosa de la mente de quien me acompaña. Y de todo lo demás, también.

    ¿O estoy jodidamente equivocada?

    A mi me parece injusto y doloroso que ser muchas vidas en la unión de dos personas se vea como normal. Pero soy la única que lo ve de esta manera.

    Y eso que a sociable y abierta no me gana mucha gente.

    En fin. A mi me ha matado un dilema. A mi y a mi proyecto de vida. Por si interesa a alguien.

    He deshecho la maleta que me acompañaba desde hace algunos meses y que había devenido mi casa. Cada cosa en su sitio. He desmontado el neceser, también. 

    Y he vuelto a casa...

    sábado, 29 de enero de 2022

    El post para el Anónimo desconocido...

    No creo en las casualidades. Así que este post, aunque lo provoque el comentario del Anónimo en el anterior, nace del fondo del alma, toca y es procedente. Este lugar ha sido siempre, y eso son muchos años ya, especialemente terapéutico para mi.

    Vale. Me gusta jugar y que me reten. No niego ni desmiento. Por tanto, gracias por provocarme, seas quien seas.

    Voy a contarte, Anónimo, que hay momentos. Y etapas. Y búsquedas. Y encuentros. Incluso soledades, decepciones y dolores. Alegrías que parecen infinitas y luego duran cinco minutos. Sorpresas y lamentos. Y decisiones grandes como losas.

    Una se propone hacer bien las cosas y luego se tuercen los planes. Y una se plantea proyectos y hace castillos y se caen del aire, porque se construyeron y nunca hubo cimientos, probablemente.

    Pero asumo que tú todo eso ya lo sabes, ¿verdad?

    Dejé de escribir aqui (no en otros lugares, que han seguido escuchando mis risas y mis felicidades y alguna protesta muda y...) cuando decidí ordenarme, dejar de bailar con todas las que me lo pedían, abstenerme de practicar magistralmente (lamento la inmodestia) el arte del coqueteo. Me concentré. Y me centré.

    Hay que conocerme bien para comprender el alcance de esa decisión, las tentaciones que debo vencer y el significado del corte de coleta. Pero en fin... esa sería otra larga historia...

    Porque, cuando dejé de escribir, había llegado al final del camino y encontré la última parada y me puse a construir un futuro plácido, sereno, reconfortante y maduro. Ilusionante, largo. Compartido y con proyectos que eran pegamento...

    ¡Aquí tienes la explicación de por qué había dejado de escribir, Anónimo!

    Tu turno. Si no quieres aparecer en público, te sugiero que uses el correo que sale en mi contacto, en algún lugar de por aquí. :)

    Besos y burbujas. 

    Sparkling

    Aquí está todo...

    Acerca de los datos personales

    Mi foto
    Si. Claro. Cómo si fuera tan fácil hacer una definición completa y, además, ecuánime de una misma a estas alturas de la vida... Creo que, por lo menos, necesitaría un fin de semana. ¿Hace? ¿Si? :)

    Por si se pierde algo...

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