Días grises, mojados y, no puede ser de otra manera, tristes.
Regresar a la ciudad me llena de fantasmas, que se cuelgan de mi espalda como una mochila, pero en un solo hombro. El derecho.
Cuesta caminar, no recordar, respirar y mirar hacia otro lado. Vas como torcida.
Demasiado vacío, novedad, cambio y ausencia. Demasiada, también.
Ganas salvajes de marcar números que ya no existen o que, de existir, pertenecen a otro nombre.
Ganas de que me respondan quienes no van a hacerlo.
Tiempo de despedidas. De tristezas. De vivir recuerdos horribles.
Yo os recomiendo Ripley. Otra vez.
Soy de ideas fijas. De amores fijos. De filias marcadas.
De los colores del blanco y negro.
Del azul de un mar gris.
No os la perdáis…