Vaciar el lavavajillas y colocar las cosas como si fuersn porcelana de la dinastía Ming y cristal de Bohemia, con mucho mimo, sin hacer ruido. Hacer dos lavadoras. Y tender cada prenda en disposición simétrica respecto a cada uno de los ejes verticales. Barrer una zona en la que cayó algo de arena finísima [pero mucho] de una playa, que no había notado hasta que he caminado descalza.
Limpiar las ventanas del patio interior, por el exterior, que estaban medio marrones desde que llovió barro. Hablar un par o tres de ve es con el proveedor de wifi, que va lento como el final de esta pandemia. Colocar la plancha y gestionar cuatro prendas mal contadas que quedaron de después de que Tamara se tomara unas vacaciones más largas que yo.
Ordenar. Cosas. Hacer varias llamadas. Hablar mucho por teléfono. Contestar a regañadientes. Estar un poco irritable. Llevar los edredones a la tintorería. No hay prisa. Comer poco y mal. Tomar decisiones.
Radiografía de un día difícil de muchos nervios…
Yo también estoy nerviosa...
ResponderEliminar