Y te das cuenta y lo confirmas y te sorprendes y casi esperas una regañina que no llega y nos reimos mientras nos abrazamos todavía.
Porque hay detalles cruciales que a veces no tienen ninguna importancia...
Aquí se viene a jugar con las palabras. A vaciar nostalgias. A comprender miradas y silencios. A compartir sin disfraces. Con seudónimo pero el alma verdadera...
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Yo nací un once... (sí, ya lo sé..., ombligo del mundo).
ResponderEliminarBeso, Spark.
Ya lo sé, Vic. Quién iba a olvidarlo? ;)
ResponderEliminarBeso y burbujas. Para dos.